¿Qué valor tiene, cómo se calcula, en base a qué, una vega altoandina de la Región Metropolitana?, ¿Se podría medir por la cantidad de vacunos y caballares que veranean en la vega en época estival, por la cantidad de agua que es capaz de retener, o por la cantidad de aves que se pueden avistar? Al final del día se podría decir que es inmedible, entonces, ¿cómo dar un valor económico a la emoción de ver la majestuosidad de la Cordillera de los Andes, de sus valles y de la biodiversidad que alberga?  

Grandes extensiones de terreno nos muestran un sinfín de elementos naturales, que en el caso de Cruz de Piedra, se encuentran prístinos y representan una verdadera y elegante joya de la naturaleza a dos horas del km cero de la capital de Chile. Su superficie cubre el 76% del sitio prioritario para la conservación denominado Altos del Maipo, y se ubica en el extremo suroriental de Región Metropolitana, limitando con la región de O’Higgins y la República de Argentina

Luego de una década de cuidado y protección, los propietarios de este espacio natural quieren ir más allá y conservar íntegramente estos ecosistemas y especies de distribución restringida con baja representación actual en las áreas protegidas de la zona central de Chile. Resguardar también su singularidad ecológica que ofrece un hogar para especies amenazadas, como también, mejorar de forma real y activa la gestión de la conservación, y/o restauración del patrimonio natural y cultural. Para ello se han realizado numerosas investigaciones y análisis por un grupo diverso de académicos y científicos que ha resultado en un informe para solicitar la figura de Santuario de la Naturaleza, y el desarrollo de una propuesta de Plan de Manejo, buscando mejorar los planes de conservación futuros.

Montaña Valle Cruz de Piedra por Andrés Pérez.
Créditos: Andrés Pérez.

Los compromisos adquiridos por Chile para la protección de la biodiversidad, como parte del Convenio para la Diversidad Biológica, consideran metas mundiales conocidas como Aichi, que tienen como misión enfrentar las causas que provocan la pérdida de diversidad biológica con acciones concretas en políticas públicas y privadas.

Lograr que Cruz de Piedra sea reconocida como un área protegida mediante la calificación de Santuario de la Naturaleza, contribuye a que zonas terrestres y aguas continentales poco representadas a nivel país, sean conservadas por medio de una eficaz e innovadora administración, aportando además con el gran desafío de tener un 30% de la superficie protegida el 2030, en una zona de baja representación como es Chile central. A nivel país, existen 94 Santuarios de la naturaleza con 699.940,70 hectáreas protegidas. En la Región Metropolitana existen 12 santuarios de la naturaleza que en conjunto suman 78.746 hectáreas, y Cruz de Piedra aportaría a dicha superficie con 93.000 nuevas hectáreas. Esto implicaría que el 11,15% de la superficie regional estaría protegida por esta figura.

Montaña del Valle Cruz de Piedra.
Créditos: Andrés Pérez.

Las hermosas y coloridas formaciones rocosas son muy características, con rasgos de alta montaña de relieve joven y sus rocas estratificadas e invasivas originan depósitos no consolidados de origen cuaternario y forman estructuras geológicas, como fallas y pliegues, dentro de las cuales se destacan la formación Colimapu y la falla Diablo. Los vestigios de asentamientos, desde el Arcaico III (3.950 AC aprox.), hasta el período Alfarero tardío o Incaico, son el reflejo de una energía que aún se siente. Hay importantes hallazgos de restos arqueológicos, relacionados con cazadores recolectores, con más de 20 sitios, siendo el más reconocido el denominado Puente de Tierra, asentamiento Inka.

Su atractivo se basa en su valor geológico y biológico que está siendo extensamente estudiado por variados grupos de investigadores. La presencia de amonites en las zonas Tithoniano inferior y superior, y Berriciano superior (Aguirre -Urreta y Charrier ,1990), son de interés constante. A mayor altitud la vegetación está representada por el matorral subandino y matorral andino con dominio de especies arbustivas como adesmias, donde destaca la presencia de Adesmia pinnifolia, especie que sólo se encuentra sólo en dos lugares en Chile. Más alto están las formaciones de estepa altoandina con presencia de especies tipo coirón del género Festuca y especies cojín, y formaciones de vegas; en la parte baja está el matorral esclerófilo y la presencia de Kageneckia angustifolia, Olivillo cordillerano o Frangel, que es el representante de una singular proeza de sobrevivencia.

Entre la fauna invertebrada destaca Yramea modesta mariposa pintada chica, Argyropphoorus argenteus mariposa plateada; en los anfibios Plaurodema thaul sapito de cuatro ojos, Rinella spinolosa sapo espinoso; entre los reptiles hay presencia de dos especies que solo habitan en la región, el Liolaemus moradoensis y el Liolaemus valdesianus, ambas especies vulnerables. En relación a las aves, hay más de 60 especies cuya presencia estaría influenciada por los pisos vegetacionales y la estacionalidad, encontrando especies endémicas como turca, tenca, chiricoca y esporádicas como loro tricahue, especie vulnerable que contrasta con la constante permanencia estival del Periquito Cordillerano en el matorral altoandino. En los humedales el Chorlito Cordillerano en categoría casi amenazada habita las vegas, mientras que  Patos cortacorrientes pueden ser avistado en ríos y esteros, y águila mora, aguilucho común, halcón peregrino y halcón perdiguero y cóndor en todo el territorio.

Los mamíferos grandes y medianos están representados por los elegantes Guanacos, cuya población ha aumentado tras los años de cuidado y protección, representando hoy la mayor población en la región y son el punto de partida para la recuperación de la especie en la cordillera de Santiago. Siguiendo a los piños están los esquivos Pumas, seguidos de escurridizos Zorros culpeo, y en las rocas las lindas Vizcachas y probablemente exista presencia del Gato Andino en varios de los cajones que tributan en el río Maipo. Entre los micromamíferos, hay Ratón chinchilla común, Yaca, Ratón picunche y cururos. Importante y sorprendente es mencionar la presencia del roedor fosorial Tucotuco mendocino, encontrado recientemente para Chile solo en Cruz de Piedra.

Las infinitas caídas de agua, numerosas lagunas, ríos, esteros, vegas altoandinas y más de 200 glaciares al interior de Cruz de Piedra, que cubren aproximadamente una superficie total de 6.200 hectáreas, lo transforman en un territorio de máxima importancia para la provisión de agua, como cabecera de cuenca más austral de la región, la del río Maipo y en la región más poblada de Chile. Esto cobra relevancia ante los efectos del cambio climático, cuya proyección en Chile central no se aleja de lo que hemos vivido en los últimos 15 años, principalmente en los ambientes cordilleranos, con un aumento en la aridización, eventos climáticos atípicos como precipitaciones intensas en poco tiempo, y una disminución en la acumulación de nieve invernal.

La posibilidad de que Cruz de Piedra sea considerada Santuario de la Naturaleza es una decisión que está a horas de ser tomada, ¿Seremos capaces de reconocer y proteger nuestro patrimonio natural y cultural de la región metropolitana para las generaciones presentes? ¿seremos capaces de gestionar, administrar y proteger nuestro más valioso tesoro, nuestra naturaleza altoandina, para las generaciones futuras?

Valle Cruz de Piedra, por Andrés Pérez.
Créditos:Andrés Pérez.
4 Comentarios

4 Comentarios

  1. Víctor Matus

    Ojalá se pueda preservar del depredador. Humano. Especialmente del estulticio chilensis.

  2. Claudia Tobar

    A proteger lo poco que queda

  3. Fernando

    Favor sería posible tener más información sobre la ubicación de esta hermosa área.

  4. Felipe Bañados

    Uno de los lugares más bellos y sobrecogedores de la cordillera alto andina. Muy frágil ante la evolución del clima y la sobrecarga de ganado. Su protección activa como un patrimonio escénico, biológico y geológico sería un tremendo regalo al país que nos prestigiará ante nuestros hijos y nietos. Redescubierto cuando se trazó el gasoducto a Argentina y custodiado hasta ahora, merece este reconocimiento . Doy las gracias a sus propietarios por esta decision y al señor Andrés Pérez por el amor que hay detrás de esta completa descripción de su valor.

Responder...