El difícil escenario que afronta el turismo en Chile por el Covid-19
El desarrollo de la industria turística en Chile se ha visto afectado desde hace un tiempo. El 2019 no constituyó de ninguna manera un gran año para el rubro. Y es que la notable disminución de visitas trasandinas gracias a la crisis económica argentina y el gran estallido social vivido desde octubre, han derivado en una recesión importante en el turismo. Pero parecía ser todo. Desde ahí en más, los planes para un resurgimiento se pronunciarían y los desafíos serían sobrellevados por los entusiastas y profesionales, a menos que algún desastre natural sacudiera nuestra tierra e inundara nuestras costas o, claro, nos infectara una pandemia mundial.
El Covid-19 ya está presente en Chile y el turismo, junto con toda su industria asociada, ha sido una de las actividades más afectadas. Si llevamos este impacto a números, desde la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur) ya estiman pérdidas de 1.300 millones de dólares.
La situación que vive y se enfrenta este sector es compleja. Chile ya está en Fase 4 del coronavirus debido a la transmisión sostenida y generalizada de la infección, en donde a la fecha, se han confirmado 342 casos de personas contagiadas. Con ello, se han tomado medidas para contener la propagación. Algunas de ellas son el cierre de fronteras y la prohibición de recalar cruceros. Conaf, por su parte, anunció el 17 de marzo el cierre total de parques y reservas nacionales, y monumentos naturales bajo su administración.
Con ello, las oportunidades de recibir visitas al país por motivos de recreación, negocios u otro se limitan al máximo, anulando sustancialmente el turismo receptivo. Sumado a esto, desde las 0:00 horas del 19 de marzo comenzó a regir el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe, el cual se extenderá durante 90 días y entre otras cosas, restringirá las libertades de locomoción y reunión.
Felipe Howard, socio de Latitud 90 y Patagonia Camp, comenta a Ladera Sur que no sólo las comunidades se ven perjudicadas, sino que las empresas también: “No es una cuestión de negocios. Imagínate dejaran de pagarte el sueldo por cuatro meses y tú tuvieras que seguir pagando todo. La minería y los supermercados siguen funcionando, menos, pero lo siguen haciendo, pero el rubro del turismo se detuvo por completo. No recibimos ningún turista”.
Efectivamente, el panorama ha forzado el cierre de prácticamente todo el sector gastronómico, hotelero y la progresiva disminución de vuelos operados por las aerolíneas.
En conversación con El Mercurio, el gerente general de Hoteles Pettra, Colin Turner, afirmó que para abril el hotel no llenará ni un 8% de su capacidad. Asimismo, Isabel Correa, propietaria y gerente del ecolodge de turismo sustentable, La Baita, ubicado al interior del Parque Nacional Conguillío cerró sus puertas y cuenta a Ladera Sur que se mantendrán inactivos durante los próximos 15 días para después evaluar la evolución del problema: “Para nosotros marzo, abril y mayo es una temporada muy importante, pero por lo que se entiende es muy improbable poder abrir los siguiente dos meses”.
El Parque Nacional Conguillío es uno de los destinos preferidos por los turistas en la estación de otoño, pero en las inmediaciones de este año dejará de recibir visitantes. “Les avisamos a todos los pasajeros e implementamos una política de reprogramación de reservas. Si no hay posibilidades de reprogramación para los chilenos, hacemos una devolución de los abonos. La gente que trabaja tiene que devolverse a sus casas y anticipar vacaciones”, dice Correa, explicando algunas de las medidas tomadas por su empresa.
Para la gran mayoría, la alcancía tuvo que romperse para enfrentar la crisis social del 18 de octubre y por ende, muchas empresas quedaron sin un sustento económico de emergencias: “El escenario es negro. No tengo idea qué se puede hacer. No hay ahorros, se nos acabaron todos”, lamenta Howard.
Fedetur prevé una baja este año de más de dos millones y medio de visitantes, lo que se traduce en más de un 56% de menos turistas en comparación con el 2019, año que ya venía abatido. Las aerolíneas no lo han pasado muy bien. La cancelación de vuelos ha sido un dilema y ha provocado fuertes pérdidas para estas empresas. La compañía Latam, por ejemplo, redujo su capacidad en un 70% y de 332 aviones, sólo 132 se encuentran operativos. “Es la crisis más grande que ha habido en la industria aérea mundial”, afirmó Roberto Alvo, vicepresidente comercial de Latam. El cierre de fronteras ha significado un grave desplome en la demanda y es por esto que la empresa solicitó ayuda financiera al Gobierno —la cual fue denegada— con la intención de paliar el fenómeno. En la bolsa, las acciones de Latam cayeron un 44%.
Desde una perspectiva a menor escala, el asunto no es muy diferente. En las empresas chicas las pérdidas económicas también se sienten y las que pueden se solventan con los ahorros que dejó la temporada alta. Turismo Punta de Choros es una pyme que ofrece tours de observación de fauna marina por los alrededores de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, área que se encuentra clausurada. Maickol Barrera, fotógrafo y guía de dicha empresa cuenta que pararon las actividades de turismo hasta que exista una solución: “Conaf cerró una de las islas que visitamos (Isla Damas) y por lo tanto, no podemos desembarcar. Nos afecta mucho, porque es nuestro trabajo y dependemos de los turistas, pero es muy importante no salir y apoyar en lo que está pasando”.
El Covid-19 ha provocado enormes rupturas de esquemas, en donde todos los sectores del turismo han tenido que actuar, casi al punto de la improvisación, para poder sobrellevar la situación. Si bien los servicios turísticos han comenzado a realizar cortes presupuestarios, realizado cierres temporales en sus oficinas y activado planes de crisis, lo cierto es que hasta el momento no se ha obtenido un buen pronóstico para afrontar esta coyuntura.
Las aspiraciones están puestas en el potencial apoyo estatal. El presidente de Fedetur, Ricardo Margulis instó para que el Gobierno aplique un paquete de medidas de ayuda que logren estabilizar el marco actual de la industria. Petición que aún no ha encontrado respuesta. “No tengo idea de cómo sobrellevaremos la falta de ingresos. Ni siquiera he pensado cómo enfrentarlo económicamente, pero confío en las instituciones como Corfo, confío en que vaya a ocurrir una medida que nos ayude a paliar esta situación y no tener que empezar a despedir gente, ya que los sueldos a las personas con contrato se les siguen pagando”, dice Correa.
Por ahora, bajo el “peor escenario de la historia en la industria turística” como es determinado en Fedetur, sólo queda atenerse a los protocolos de prevención y esperar a que el Covid-19 corte su transmisión masiva. Si hay algo en lo que todos están de acuerdo, es que la salud va primero. “Yo creo que ahora lo más importante es proteger a la familia, los equipos y a los mismos visitantes reduciendo al máximo la propagación del virus y eso simplemente se logra encerrándose”, opina Correa.
Pues bien, quedarse en la casa se trata de contribuir a un trabajo en equipo, a un pensamiento colectivo, un apoyo a la comunidad. La industria turística ha sido afectada por este virus junto a tantas otras a lo largo de nuestro país, pero el punto está en cómo se afronta el desafío. Dentro de lo posible, quédate, no salgas. El turismo en nuestro país es un sector que contribuye al desarrollo en Chile y te brinda la posibilidad de explorar a diario lugares increíbles. Para poder seguir conociendo, volando, disfrutando de lo que ofrece este país, concienticémonos todos y unámonos (desde lejos) para ganarle a esta pandemia.