Sitio nidificacion Golondrina de Mar – ROC
©Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre (ROC)

Imagina que eres joven, y que la vida de los tuyos transcurre en alta mar, muy lejos de la costa. Para muchos, has pasado completamente desapercibida, aunque la gente de mar se sorprendía por ese aparente milagro de tu rápido vuelo que pareciera facultarte de caminar sobre el agua.

Los tuyos pisan tierra firme únicamente cuando llega la época de reproducción, donde un solo huevo es depositado en cavidades naturales que se encuentran en el desierto de Atacama, entre costras de sal. Naciste en esa temporada, y te aventuras a salir del nido para explorar el mundo exterior. Es en la noche cuando emprendes el vuelo, pero son decenas o centenares de luces las que observas a lo lejos. Te desorientas y precipitas en la zona costera, en plena ciudad,  y si bien eso no apaga tu existencia de forma directa, es fácil que mueras al colisionar con algún tendido eléctrico, al ser atropellada o atacada por depredadores como perros, gatos o jotes, o que sucumbas finalmente por inanición o deshidratación.

Golondrina de Mar – ROC 2
©Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre (ROC)

Algo similar es lo que experimentan las golondrinas de mar en el norte de Chile, en especial los volantones, aves jóvenes que han nacido esa misma temporada, y que al realizar sus primeros vuelos al mar son altamente vulnerables a desorientarse por las luminarias de las ciudades y sectores industriales. A la contaminación lumínica se suma la destrucción de su hábitat reproductivo.

Por lo anterior, hace unos meses se inició formalmente la elaboración de un nuevo plan de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies (RECOGE), liderado por el Ministerio del Medio Ambiente, en colaboración con otras instituciones y organizaciones de la sociedad civil, con el fin de mitigar los efectos negativos que enfrentan estas pequeños aves. Se busca que la iniciativa considere propuestas como la actualización de la norma de emisión que regula la contaminación lumínica, y la designación de un primer sitio de nidificación como área protegida en Pampa Chaca, en la Región de Arica y Parinacota.

Golondrina de Mar – ROC 4
©Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre (ROC)

“Es prioritario brindar protección legal y efectiva a los sitios importantes de reproducción. Otra cosa fundamental es regular fuertemente las luces LED blancas, que se han masificado en los últimos años y resultan ser las más nocivas. En los sitios cercanos a colonias reproductivas hay que reducir la iluminación, al mínimo posible, durante la época crítica de caídas; y en ciudades, donde puede ser más complejo, hay que transitar poco a poco hacia luces más amigables, orientadas hacia abajo, con protecciones laterales y lo más cálidas posibles”, asegura Rodrigo Silva, médico veterinario y uno de los líderes del proyecto «Golondrinas del desierto» de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC).

En el norte de Chile se han observado cuatro especies de estos petreles: la golondrina de mar negra (Oceanodroma markhami), la golondrina de mar chica (Oceanites gracilis), la golondrina de mar de collar (Oceanodroma hornbyi) y la golondrina de mar peruana (Oceanodroma tethys).

De ellas, las tres primeras especies forman parte del plan de conservación y recuperación.

Jote depreda golondrina de mar – Golondrina de Mar – ROC
Jote depredando a golondrina de mar ©ROC

En cuanto a su estado de conservación, las golondrinas de mar chica y de collar están catalogadas en Chile como “información insuficiente”, mientras que la golondrina de mar negra se considera en peligro de extinción. La golondrina peruana no ha sido clasificada en el país.

Para Verónica González, coordinadora de la ONG Golondrina de Mar, “sin duda una pronta normativa sobre la contaminación lumínica es lo ideal”. La organización nortina lleva más de cinco años ayudando al rescate de estos petreles en Iquique, en estrecha coordinación con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y con la participación clave de la ciudadanía.

Golondrinas rescatadas – ONG Golondrina de Mar
Golondrinas rescatadas ©ONG Golondrina de Mar

Solo durante el 2019 fueron atendidas entre el SAG y la red de voluntarios más de 3 mil denuncias ciudadanas por hallazgos de golondrinas de mar negra en distintos puntos de Iquique y otras localidades de Tarapacá, las que luego de ser revisadas son liberadas en las zonas costeras, para que continúen su viaje hasta altamar. No obstante, otra de las grandes dificultades es que la región no cuenta con centros de rescate y rehabilitación de fauna silvestre.

Los meses entre noviembre y enero son los más críticos en la región de Arica y Parinacota, mientras que entre abril y mayo ocurren las caídas masivas en Tarapacá.

Golondrina de Mar atropellada – ROC
Varias mueren atropelladas ©Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre (ROC)

Por ello, así como existe una norma lumínica para las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, que pretende disminuir el impacto de la luminaria en la observación astronómica, se propone su ampliación para Arica, Parinacota y Tarapacá, con el fin resguardar a especies silvestres como las golondrinas, contemplando también aspectos importantes como el ángulo, la altura de las luces y el tono de las mismas.

“Lamentablemente, se ha masificado de forma muy negativa la luz LED debido a su menor costo y mayor lumen, y justamente es el tipo de luminaria que más afecta a las golondrinas de mar y aves en general, ya que, además de golondrinas, también hemos reportado caídas de yuncos y fardelas, lo cual es muy preocupante. Caen por el mismo principio de la contaminación lumínica”, agrega.

Golondrina en parque – ONG Golondrina de Mar
Golondrina en parque ©ONG Golondrina de Mar

En general, la principal fuente emisora de contaminación lumínica corresponde al alumbrado público, seguido por el alumbrado publicitario, aunque actividades como la construcción o la minería también se convierten en potentes fuentes de luz.

Por ello, González recalca la necesidad de que los municipios adopten medidas urgentes – mientras no se modifique la normativa lumínica vigente – ya sea regulando el alumbrado público en base a medidas que han sido sugeridas por el Ministerio del Medio Ambiente, además de establecer ordenanzas municipales dirigidas a particulares y empresas.

Además de la contaminación lumínica, se suman otras presiones y amenazas como la minería no metálica, que incluye la extracción de productos como sal y litio, lo que degrada su hábitat reproductivo; la basura dispersada por el viento que obstruye cavidades donde depositan sus huevos; la fauna introducida como perros, gatos y ratas que depredan a los huevos o volantones; los vehículos todo terreno que se desplazan por su hábitat reproductivo; los ejercicios de entrenamiento militar que perturban colonias y destruyen nidos en colonias como la de Arica; la ejecución de proyectos de generación fotovoltaica; y las líneas de transmisión y parques eólicos que dificultan los desplazamientos desde el mar hacia las colonias y viceversa.

Cavidad tapada por botella – ONG Golondrina de Mar
Botella plástica en la entrada de un nido ©ONG Golondrina de Mar

Para los sitios de nidificación se necesitan implementar áreas protegidas, así como regular de forma efectiva que la actividad minera no destruya ni invada dichos sitios y que contemplen también medidas efectivas para mitigar el efecto lumínico en faenas nocturnas. La empresa minera, al estar en las mismas zonas de nidificación, o muy cerca, constituyen un riesgo muy grande para la conservación de esta especie”, agrega la representante de la ONG.

Buen olfato para los nidos

Son varios los aspectos básicos que se desconocen de los también denominados «petreles de la tormenta», como por ejemplo, su ciclo reproductivo, lo que dificulta la evaluación del tamaño de sus poblaciones y la real dimensión de las amenazas que enfrentan.

Para revertir el alto grado de desconocimiento, la organización internacional Birdlife propuso la búsqueda de las colonias reproductivas para avanzar en su conservación.

Por ello, los miembros de la ROC investigan a las cuatro especies a través del proyecto «Golondrinas del Desierto». De esa manera, hallaron en 2017 la primera colonia de nidificación de la golondrina de mar de collar en el país, a más de 70 km de la costa, en las proximidades de Diego de Almagro, Región de Atacama, mientras que en 2018 un grupo de investigadores de la Universidad de Antofagasta descubrió un sitio de nidificación de la misma especie entre los costrones de sal, al sur del río Loa y al oeste de Quillagua, en la Región de Antofagasta.

Investigadores Golondrina de Mar – ROC
Investigadores ©Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre (ROC)

“Para la golondrina de mar negra tenemos una buena idea de la ubicación de sus colonias reproductivas, el 95% de la población mundial se reproduce en Chile, pero para las otras especies apenas conocemos un par de sitios. Ciertamente, nos queda mucho por descubrir en el desierto de Atacama”, explica Silva.

Además, desde 2017 entró en escena la pionera Brigada Canina del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), en la Región de Taparacá, que se inspira en experiencias exitosas de otras partes del mundo, como la búsqueda del kiwi en Nueva Zelanda.

Son tres los perros entrenados que, además de conocer los aromas de manzanas, carnes o quesos para los controles fronterizos, ayudan a detectar con mayor rapidez los nidos (activos o abandonados) de las golondrinas, lo que es corroborado después con una cámara sonda.

Huevo golondrina mar – ONG Golondrina de Mar
©ONG Golondrina de Mar

Además, el investigador de la ROC valora la acción de otros actores: “el Municipio de Alto Hospicio ha sido muy activo y es posible que sean los primeros en proteger una colonia reproductiva; y algunas empresas, que otrora causaban un impacto tremendo, han adoptado medidas relevantes -como apagar sus luces en períodos críticos o cambiarlas por luces menos nocivas- para disminuir sus efectos. Para esto último, la coordinación local que ha realizado la Seremi de Medio Ambiente de Tarapacá ha sido clave”.

De esa manera, la esperanza está depositada en iniciativas como el Plan RECOGE, aunque es apremiante establecer medidas para frenar la caída de estas aves marinas.

La coordinadora de la ONG Golondrina de Mar asegura que “si no se respetan las zonas de nidificación en el desierto, y si no se regula la contaminación lumínica de forma efectiva, no se ve muy auspicioso el futuro de las golondrinas de mar”

“Si logramos todos sumar esfuerzos y entender que el futuro de esta especie está en nuestras manos, tendremos la certeza de que estaremos en el camino correcto”, remata.

Golondrina de mar en Iquique – ONG Golondrina de Mar
©ONG Golondrina de Mar ONG Golondrina de Mar

Si vives en el norte y encuentras a una golondrina de mar desorientada, avisa de inmediato a la ONG Golondrina de Mar al celular +56 9 9615 5490 y a la oficina del SAG de tu región. No la alimentes ni trates de darle agua. Tómala con delicadeza, ponla en una caja de zapatos o similar que tenga orificios para que pueda respirar, y llévala a un lugar oscuro y seguro. Además, puedes enviar información detallada sobre el hallazgo a proyectogolondrinas@redobservadores.cl, para así contribuir con la recopilación de datos.

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