Chileno dedica su vida a mantener vivo el desierto reproduciendo cactus nativos para salvarlos de la extinción
Santiago Figueroa reproduce cactus nativos de Chile a partir de semillas cuidadosamente recolectadas, con el fin de proteger el material genético, para así repoblar y superar los riesgos de extinción que tienen más de la mitad de los cactus nativos de nuestro país. Este método lo llevó a trabajar en la recuperación de poblaciones de cactus endémicos de Punta de Lobos, Pichilemu; trabajando en conjunto con la Fundación Punta de Lobos, llegando a reproducir más de 15.000 ejemplares. Su historia constituye un capítulo de la docuserie Free Range Human: Nature is Calling, realizada por Corona Studios, que nos muestra historias de personas de todo el mundo que se dedican a sanar la naturaleza. Nuestros colaboradores de Cerveza Corona, nos entregaron más detalles.
El calentamiento global y el comportamiento del ser humano están dejando su huella a lo largo del mundo, pasando a llevar diversas especies que son vitales para sus ecosistemas y dejándolas al borde la extinción.
Sin embargo, existen varias personas a lo largo del planeta que dedican su vida a preservar y cuidar la naturaleza, escuchando su llamado de urgencia y protegiéndola a través de diversas maneras. Free Range Human es una miniserie estilo documental realizada por Corona Studios, la cual recopila en Youtube las historias y anhelos de quienes disfrutan la naturaleza, viven de ella y cooperan en su protección. Esta ya se encuentra en su segunda temporada, y el capítulo 4 es protagonizado por Santiago Figueroa, un chileno que se dedica a la preservación de los cactus nativos en el norte del país, ya que la mitad de ellos están en peligro de extinción.
Su misión se basa en recolectar todas las semillas de los diversos tipos de cactus que se encuentren en la zona, separándolos por su localidad y especie, para así reproducirlos artificialmente en su propio invernadero. De esta manera se protege a los cactus de la extinción, teniendo como respaldo su preservación.
“En la naturaleza los cactus tardan cientos de años en alcanzar los 15 o 20 centímetros. Las poblaciones de estos en el norte se están deteriorando a un nivel en que ya no sobreviven, si alguna llega a desaparecer, ahora tenemos un respaldo, como un arca de Noé. El cambio climático está haciendo que no puedan sobrevivir a pesar de la resistencia que tienen, además de la actividad humana: los caminos, las industrias y la extracción de coleccionistas. Cada vez que encuentro una semilla tengo un GPS, para así tener la localidad de cada una de ellas”, comentó Santiago Figueroa durante el capítulo.
Preservación en base al cuidado: recuperación de Punta Lobos
Al momento en que los cactus florecen en el invernadero, se pueden polinizar y de esa manera van entregando semillas y continúa la preservación.
Este mismo método fue el que utilizó Santiago para recuperar la zona de Punta Lobos, en Pichilemu, donde existía un deterioro irreversible a raíz de la actividad humana. Junto a la Fundación Punta de Lobos se recolectaron las mismas semillas del sector para reproducirlas, y así, mantener el ADN específico de la zona.
“Es lindo este proyecto ya que se nota que la comunidad ha comenzado a valorar más lo que tiene. Están tratando de proteger los cactus ya que son un ícono de esta zona”, argumentó Figueroa. Por su parte, Patricio Mekis, Jefe de Sustentabilidad de la fundación, agregó que “estamos protegiendo la zona ya que vienen más de 500.000 personas todos los años. Queremos reducir este impacto para restaurar la zona y su ecosistema”.
Santiago recolectó esas mismas semillas y ya se han reproducido más de 15.000 cactus en Punta Lobos, de más de 3 especies distintas. Es un proyecto lento debido a su crecimiento, pero que tendrá sus frutos en un par de años.
Ve el capítulo «El padre de los cactus» aquí: