Cactus Lagarto: preservando las cactáceas chilenas
Nuestra periodista, Javiera Ide, entrevistó a Santiago Figueroa, paisajista creador de Cactus Lagarto, una iniciativa que busca conservar las cactáceas endémicas chilenas. Lo que comenzó como una pequeña colección hoy es un enorme proyecto único en nuestro país. En sus 200 metros cuadrados de invernaderos en Cachagua, Santiago tiene más de 600 especies, la mayoría ejemplares nativos del norte. ¡Más detalles aquí!
En Chile el 50% de los cactus se encuentran en estado vulnerable. Proyectos urbanísticos, el cambio climático y la recolección indiscriminada están poniendo en riesgo a estas hermosas especies. Bajo este contexto, Santiago se ha dedicado a formar más que una colección. En sus múltiples salidas a terreno ha recolectado variadas semillas y de a poco ha ido creando un banco genético que pronto será destinado a la investigación.
Hoy en Ladera Sur, te invitamos a conocer más de esta poderosa historia de autogestión y de amor por la naturaleza.
¿Qué tienen los cactus chilenos que te hacen amarlos tan profundamente?
De niño pasé gran parte de los fines de semana y vacaciones fuera de Santiago. En la costa de la Región de Valparaíso me llamó la atención estos seres espinudos que crecían en los roqueríos. A veces encontraba pedazos de cactus cortados por personas. Intentaba rescatarlos, plantándolos apoyados con piedras y palitos. También encontraba pequeños cactus arrancados con sus raíces al aire, los recogía y plantaba en mi casa en potes, después de un tiempo, comenzaban a engordar y desarrollar espinas nuevas. Eso me maravilló.
Ahí me encanté por los cactus. Los cuidaba por unos años y luego los devolvía al lugar en que los había encontrado. Comencé a coleccionar los tipos de cactus que encontraba en ferias e intenté cultivarlos. Fracasé muchas veces. Hasta ese punto, lo único que había visto eran los cactus que yo encontraba en la V región y los que se veían en las casas. Aún no sabía que en Chile había una gran diversidad de cactus nativos, hasta que conocí el libro sobre cactáceas chilenas de Adriana Hoffmann. Esto hizo que comenzara a interesarme principalmente en las especies nativas.
Estando ya en la universidad, Santiago comenzó a viajar al norte en busca de las misteriosas especies que aparecían en los libros. Sin mucha información sobre dónde estaban específicamente, fue recorriendo diversos lugares en el desierto chileno y descubriéndolas. Así, cuenta, comenzaron a surgir diversas preguntas ¿Cómo se adaptaron a vivir en uno de los desiertos más áridos del mundo?, ¿Cómo resisten largos periodos de sequía? ¿Cómo se mimetizan con el entorno para no ser devorados por animales?, ¿Mantienen vivo al desierto?, ¿Para qué les sirven las espinas?
«Hay mucho que aprender de esta curiosa familia de plantas. Los ecosistemas de secano, de vegetación baja de arbustos y cactus han sido poco comprendidos y valorados», asegura.
¿Cuáles son las principales amenazas para la supervivencia de las cactáceas?
Un alto porcentaje de las especies de cactus tienen problemas de conservación, no solo en Chile sino que en toda América. Son diversos los factores que influyen, mayormente asociados a la actividad humana. Ya sea por el emplazamiento de la agricultura, urbanización, industria, minería, forestales, carreteras, como también la colecta de ejemplares por parte de aficionados y comerciantes.
Hay otros factores. Los cambios climáticos han producido un aumento de la desertificación, haciendo también que muchas especies vayan en un claro retroceso.
Además existe tráfico de cactus. ¿Nos podrías contar un poco más de ese problema?
El coleccionismo se ha vuelto un problema para la flora y fauna a nivel mundial. Los cactus no están exentos de este tipo de explotación. Siendo una familia exclusiva de América, han producido mucha curiosidad principalmente en países de Europa y Asia. El comercio ilegal de plantas extraídas de la naturaleza crece. El reducido volumen que tienen algunas especies y el bajo control aduanero hace que salgan de Chile sin mayores dificultades. Posiblemente la falta de legislación y financiamiento hace que entidades como el SAG no tengan capacidad para tomar acción ante denuncias de tráfico como ha sucedido en muchas oportunidades.
En sitios web de varios países se puede ver cómo son vendidas libremente. Plantas con claros signos de haber sido extraídas de su hábitat, incluso plantas que pertenecían probablemente a parques nacionales como Pan de Azúcar y Llanos del Challe.
Los cactus han llegado a ser las plantas más traficadas en el mundo después de las orquídeas.
¿Cómo es el proceso para obtener semillas?
Muchas especies tienen serios problemas de conservación. Viajo frecuentemente al norte de Chile donde se encuentra la mayor diversidad para recolectar semillas, fotografiar y registrar información sobre los diferentes tipos de cactus y su ecosistema. Mi proyecto consiste en la conservación ex–situ (fuera de su hábitat) de la mayor diversidad posible de cactus chilenos reproducidos a partir de semillas recolectadas en su hábitat para conservar material genético. A cada fruto con semillas se le asigna un código asociado a las coordenadas geográficas registradas con GPS para tener la información exacta de donde provienen. La estrategia de cultivo ex–situ permite evitar la pérdida definitiva de poblaciones vulnerables.
¿Existe alguna especie que te tenga aún en búsqueda y sea muy difícil de encontrar?
Por el momento, mi mayor curiosidad está dirigida a las especies geófitas por su particular adaptación a ambientes extremadamente secos. Es una característica que tienen varias especies. Crecen generalmente a ras de la superficie del suelo o bajo ésta. Poseen tallos y/o raíces engrosadas para almacenar sustancias nutritivas y agua bajo la superficie que les permiten pasar largos periodos de dormancia mientras las condiciones del medio son desfavorables. En estos periodos sus cuerpos muchas veces se contraen quedando completamente enterradas, lo que hace que sea casi imposible encontrarlas en esta fase. Cuando vuelven a haber precipitaciones se hidratan y reaparecen en la superficie.
Estás trabajando en un proyecto con fundación Punta de Lobos. ¿En qué consiste?
La fundación se creó con la intensión de preservar el borde costero de Punta de Lobos amenazado por proyectos inmobiliarios. La fundación desarrolló un proyecto de restauración de los ecosistemas locales, repoblando con vegetación nativa de secano, entre ellos, los cactus. Para este propósito he reproducido miles de cactus a partir de semillas recolectadas en el mismo lugar para repoblar las zonas más afectadas por el gran flujo de gente y detener la erosión.
¿Qué libro o guía de campo recomendarías para quien quiere iniciarse en el mundo de los cactus?
Los libros que estimo como un buen punto de partida para conocer los cactus de Chile son “Cactaceas en la flora silvestre de la zona de Chile”, de Adriana E. Hoffmann J. y Helmut E. Walter M, y “Cactaceas Nativas de Chile”, de Florencia Señoret Espinosa y Juan Pablo Acosta.
¿Qué se viene a futuro? ¿Te gustaría ampliar este proyecto?
Hasta ahora he reproducido cactus chilenos y no chilenos. La idea es dedicarme al estudio y reproducción de cactus chilenos con fines de conservación. En el largo plazo pienso formar un instituto de investigación y conservación de cactáceas nativas. Este proyecto requiere financiamiento y una parte pienso obtenerla a partir de la venta de ejemplares. Además estoy estudiando otras posibilidades que incluyan financiamiento estatal y privado de estudios.