Así se verá la primera ciudad bosque del mundo
En China ya se está avanzando en un proyecto único en el mundo: una ciudad completamente cubierta por más de 40.000 árboles y casi 1 millón de plantas que funcionará a base de energías renovables. ¡Conócela aquí!
Los conceptos de ciudad inteligente, bosques verticales y un sinnúmero de tecnologías enfocadas en volver a las ciudades más sostenibles y sustentables con el medio ambiente, se han vuelto cada vez más populares. Sin embargo hoy un proyecto de gran envergadura ha llevado esta tendencia al siguiente nivel. Se trata de la ciudad bosque que ya ha comenzado a materializarse al norte de Liuzhou, China, en el área montañosa de Guangxi al sur del país asiático.
Un proyecto único en el mundo que por primera vez dará vida a una ciudad en donde las oficinas, casas, hoteles, hospitales y colegios estarán completamente cubiertas por plantas y árboles; 40.000 árboles y casi 1 millón de plantas de más de 100 especies distintas para ser más exactos.
El proyecto es obra del arquitecto italiano Stefano Boeri y fue encargada por la oficina de planificación urbana del municipio de Liuzhou. La ciudad, que se espera esté lista para 2020, cubrirá una superficie de 175 hectáreas a lo largo del río Liujiang, contará con varias áreas residenciales, dos colegios, un hospital, áreas comerciales y recreativas y albergará a 30.000 personas. Pero sin duda lo que más llama la atención es su capacidad de mitigar la contaminación. Se prevé que la ciudad bosque de Liuzhou absorberá alrededor de 10.000 toneladas de CO2 y 57 toneladas de contaminantes al año y que producirá aproximadamente 900 toneladas de oxígeno.
Además, la ciudad será prácticamente autosuficiente: el aire acondicionado funcionará gracias a energía geotérmica y se instalarán paneles solares en los techos de los edificios para recolectar energía renovable. Por si fuera poco, esta ciudad verde estará conectada a Liuzhou por carreteras en las que circularán autos eléctricos.
Los árboles y plantas que cubrirán a la ciudad, cumplirán más que una función simplemente estética. Su distribución permitirá mejorar la calidad del aire –un problema cada vez más grave en China, donde se estima que 1.6 millones de personas mueren al año a causa de la contaminación en el aire–; crearán barreras de sonido, permitirán disminuir la temperatura en el entorno y generarán un ambiente propicio para la fauna como aves, insectos y otros pequeños animales.