Desde los orígenes de la civilización humana, los volcanes han sido poderosas fuentes de admiración para las personas. Su imponente presencia, su fuerza devastadora y su capacidad de cambiar todo a su alrededor, ha llevado a muchas culturas a lo largo de la historia a adorarlos y hacerlos parte importante de su religión y cosmovisión.

Volcán Llaima desde el aire. Créditos: @araucania.travel
Volcán Llaima desde el aire. Créditos: @araucania.travel

Y es que su gran poder destructor, así como su fuerza regenerativa, nos cautiva y nos recuerda nuestra vulnerabilidad en el mundo. Por ello, no es de extrañar que alrededor de todo el mundo miles de personas recurran a las diferentes cumbres para admirar a estos gigantes dormidos, que con su belleza escénica y su naturaleza indómita, nos incitan a la aventura y a medir la tierra con el cuerpo, explorando los rincones ocultos de los paisajes y los cielos.

En ese sentido, nuestro país es un lugar sumamente privilegiado para los amantes de los volcanes, y es que, al estar ubicado en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, nuestro territorio posee más de dos mil volcanes activos e inactivos y tiene la segunda mayor actividad volcánica en el planeta, detrás de Indonesia. De hecho, nuestro país concentra entre el 10% y 15% de los volcanes activos en el mundo.

Volcán Villarrica. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares
Volcán Villarrica. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares

En Chile hay 92 volcanes que se consideran geológicamente activos, de los cuales 60 cuentan con un registro eruptivo histórico en los últimos 450 años, de acuerdo a datos entregados por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). Entre ellos, se encuentran dos de los volcanes más activos de América del Sur: el Villarrica y el Llaima​, que han presentado permanentes estallidos durante los siglos XX y XXI.  

Ciertamente, si bien los volcanes son un riesgo recurrente para las poblaciones aledañas, son un atractivo fascinante cuya presencia entrega una belleza única a los paisajes y que sin duda vale la pena conocer. Por ello es que en este articulo seleccionamos para ti -con ayuda de Sergio Pérez, montañista y director ejecutivo de Suizandina Lodge, y Diego Vergara, destacado alpinista y guía de montaña- seis volcanes imperdibles que no puedes dejar de visitar en tu recorrido por Chile.

Volcán Llaima. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares
Volcán Llaima. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares

“Chile es un país de montañas pero también es un país de volcanes. De hecho, tenemos una de las actividades telúricas y volcánicas más activas del mundo, junto con las islas de la Polinesia. Y los volcanes tienen esa cosa enigmática que históricamente nos atrae y genera adoración. Cabe recordar que los volcanes en mapudungún se llaman Rukapillán que significa ruka = casa  y pillan = espíritu, es decir, la casa de los espíritus. Desde épocas ancestrales los volcanes han sido catalogados por nuestros pueblos originarios como el lugar donde habitan los espíritus, el lugar donde habitan los ancestros y son muy importantes para nuestra cultura”, relata el alpinista Diego Vergara.

Volcán Villarrica. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares
Volcán Villarrica. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares

Por su lado, Sergio Pérez, director ejecutivo de Suizandina Lodge, nos comenta: “Lo atractivo de subir montañas es que tú como persona te pones en una competencia no contra otra persona, sino que contra ti mismo, por lo tanto, la sensación que te deja subir cada cumbre es la de haberte superado a ti mismo, haber superado tus propias limitaciones, tus propios miedos, y a su vez, la satisfacción de haber alcanzado tus objetivos propios. Cada uno va a tener sus distintas aprensiones y sensaciones cuando subimos montañas, y eso es lo lindo de subir montañas y llegar a la cumbre, es que cada uno le asigna una sensación y un valor propio, a partir de lo que le genera a uno mismo. En ese sentido, cada uno tiene sus propias cumbres en la vida porque no todas las cumbres son para todos, y en el fondo, es la montaña la que te deja subir”.

Volcán Villarrica

Volcán Villarrica o Rukapillan. Créditos: Diego Spatafore
Volcán Villarrica o Rukapillan. Créditos: Diego Spatafore

Con su forma cónica casi perfecta, el volcán Villarrica se alza como la principal carta de presentación de la provincia de Cautín, y es que, a pesar de ser el volcán más activo de Chile y uno de los más activos de Sudamérica, le entrega identidad y una belleza única al territorio.  

Con una altura de 2.847 m.s.n.m., el Villarrica destaca debido a su activa vida volcánica y es que este volcán cuenta con el mayor registro histórico de erupciones en todo Sudamérica. Vale decir que, según datos entregados por Sernageomin, desde el año 1558 se han producido al menos 49 erupciones en el Villarrica, mientras que la última de ellas ocurrió en marzo de 2015.  

La cima del volcán Villarrica posee un cráter de aproximadamente 200 metros de diámetro y 100 metros de profundidad, en cuyo fondo se encuentra un lago de lava permanente, siendo el recuerdo constante del gran poder destructivo que tiene este gigante dormido. Asimismo, cuenta con una intensa actividad fumarólica que es visible desde cualquier punto de la zona, y durante la noche, suele observarse sobre los cielos el fascinante reflejo rojo de la lava incandescente sobre su cráter.

Volcán Villarrica. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares
Volcán Villarrica. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares

La actividad turística en torno a este macizo se vuelca en verano a ascensiones al cráter, visita a sus cuevas volcánicas y cabalgatas por los faldeos. Vale decir que el volcán se encuentra situado dentro del Parque Nacional Villarrica, por lo que durante el ascenso a la cumbre o los paseos por sus faldeos, es posible disfrutar de especies florales como el roble, raulí, coirones y lengas, además de una fauna compuesta por liebres, pumas y zorros.

Posee además un centro de esquí habilitado con canchas para deportistas de niveles básico, intermedio y avanzado, con una excelente infraestructura turística para disfrutar de los deportes de nieve.

Volcán Llaima

Volcán Llaima desde el aire. Créditos: @araucania.travel
Volcán Llaima desde el aire. Créditos: @araucania.travel

Su nombre proviene del mapudungún y su significado no ha estado exento de discrepancias ya que para algunos significa «desaguadero» o «zanja», en alusión a una gran grieta que apareció cerca del cráter en la erupción de 1873, o según otras traducciones, «venas de sangre» o «viudo».

El Volcán Llaima se encuentra localizado dentro del Parque Nacional Conguillio, comprende las comunas de Vilcún, Curacautín, Cunco y Melipeuco en la región de La Araucanía y es considerado como uno de los con mayor actividad del país y de América del Sur, con un total de 48 erupciones en apenas 56 años, desde 1940 a 1996. Este es todavía un volcán activo, en específico un estratovolcán, que recién en 2009 hizo su última erupción.

Este volcán destaca por su belleza paisajística y por sus bosques de araucarias, los cuales rodean los numerosos escoriales que circundan el cono volcánico.

Volcán Llaima. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares
Volcán Llaima. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares

El Llaima es uno de los volcanes que mayor tamaño presentan en su zona de emplazamiento, ya que comprende una altura de 3.125 m.s.n.m., superando por mucho a las montañas circundantes. Vale decir que el volcán cuenta con dos cimas, una que ostenta un cráter de 350 metros de diámetro donde se observa la mayor actividad volcánica, y otra más pequeña que presenta fumarolas, pero más débiles que el de mayor altura.

Asimismo, en este volcán podemos hallar glaciares que se han formado en sus laderas. El más extenso de estos logra ocupar un área de 19 Km2, mientras que el menor, 10 Km2. Durante el invierno ambas zonas se ven cubiertas de nieve, brindando al visitante una estupenda pista de esquí. Vale decir que en la ladera oeste del volcán se encuentra el centro de esquí Las Araucarias, el cual se encuentra abierto durante la época invernal.

Volcán Osorno

Vista del Volcán Osorno desde Las Cascadas. Créditos: Tamara Núñez
Vista del Volcán Osorno desde Las Cascadas. Créditos: Tamara Núñez

El Osorno es un estratovolcán situado en el Parque Nacional Vicente Perez Rosales, al este del lago Llanquihue, y es reconocido mundialmente por su gran belleza escénica, y es que desde su cumbre es posible disfrutar de hermosas vistas de los lagos, los frondosos bosques y los cordones montañosos circundantes, siendo una postal ilustre de la puerta de entrada a la Patagonia.

Su gran altura (2.652 m.s.n.m.) hace que pueda ser visto desde toda la Provincia de Osorno, siendo visible incluso en la Isla Grande de Chiloé, con lo cual se constituye como una postal imponente y típica del paisaje de la región. Con su clásico verde oscuro negruzco y adornado con brazos de nieves eternas, su presencia atrae a los miles de turistas que lo visitan cada año.

Si bien, este volcán se encuentra activo, su última erupción registrada fue en 1869. Sin embargo, los ríos de lava y las distintas leyendas mapuches asociadas a este gigante nos recuerdan el gran poder destructivo que tiene este macizo.

Según la mitología mapuche, un antiguo y poderoso pillán llamado Peripillán (un espíritu malvado que fue desterrado a la tierra) habita y está prisionero en el volcán Osorno. Asimismo, la furia de este volcán igualmente está expresada en la leyenda de Licarayén, leyenda sobre cómo se formó el lago Llanquihue.

Volcán Osorno. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares
Volcán Osorno. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares

La actividad turística en torno a este macizo se vuelca, al menos durante el invierno, en la práctica del esquí y los deportes blancos. En verano, los principales atractivos son los ascensos y los recorridos por las faldas del volcán.

Cabe señalar que durante el verano, con el derretimiento de la nieve, reaparecen las fisuras volcánicas que hacen del ascenso a la cumbre sea algo bastante peligroso, por ello, se recomienda realizar las excursiones siempre con un guía certificado para evitar accidentes.

Nevado Ojos del Salado

Ojos del Salado ©Tomás van Wersch
Ojos del Salado ©Tomás van Wersch

En el mundo existen pocos lugares que nos muestren la naturaleza en un estado tan salvaje e imponente como el volcán Ojos del Salado, y es que, estar allí es como transportarse a épocas anteriores donde los seres humanos no existían y la tierra aún estaba en periodo de formación. Sin duda, el Volcán Ojos del Salado es una fuente natural de belleza y conexión con lo esencial de la tierra.

No solo es el volcán más alto del mundo con sus característicos 6.893 metros de altitud, sino que también destaca por su inigualable belleza escénica, y cuenta con termas, lagunas turquesas, salares y vistas panorámicas al altiplano atacameño. Por ello es que es cada año es visitado por personas que buscan vivir experiencia en la montaña, sean estás deportivas, turísticas o simplemente como desconexión y fortaleza espiritual.

Ojos del Salado ©Tomás van Wersch
Ojos del Salado ©Tomás van Wersch

Ubicado en la Región de Atacama, el macizo presenta condiciones climáticas muy secas, con nieve únicamente durante el periodo invernal y solo en las cotas superiores. Pese a que existen fumarolas en los alrededores de la cima, no se han registrado erupciones en tiempos históricos. Aunque se ha sugerido que la ausencia de registros eruptivos se debe a la remota ubicación de la montaña, virtualmente inaccesible hasta tiempos muy recientes.

Al ser un macizo cercano a los 7 miles, el ascenso debe realizarse con todas las medidas de precaución necesarias para evitar accidentes e inconveniente. Si bien, el ascenso no requiere de mucha destreza, sí requiere de mucha preparación y de un buen estado físico ya que  no puede ser realizado en un solo día como otras excursiones.

Por ello es que el acceso debe contar con disposiciones legales, las excursiones deben ser guiadas y se debe informar con antelación a Carabineros de Chile. Recuerda consultar a Sernatur de Atacama información en detalle.

Volcán Lonquimay

Captura aérea volcán Lonquimay al atardecer, ladera oeste. Créditos: Diego spatafor
Captura aérea volcán Lonquimay al atardecer, ladera oeste. Créditos: Diego Spatafor

El Lonquimay es un hermoso volcán ubicado a unos 130km al noreste de la ciudad de Temuco. Su nombre significa «La gran quebrada donde habita el espíritu de los ancestros” en mapudungún, siendo bautizado de esta forma por los antiguos habitantes mapuche de la zona en referencia a un amplio barranco de unos 120m de altura que presenta esta montaña en su cara este.

Este volcán de  2.865 metros de altura, situado en el corazón de la comuna de Lonquimay, destaca por su historia y por su belleza escénica, ya que es parte de la Reserva Nacional Malalcahuello y la Reserva Nacional Nalcas y posee grandes extensiones de bosques de araucaria, hualle, lenga, coigüe, entre otras especies que dan vida al bosque pewuenche.

Desde la cumbre este gran macizo es posible divisar gran parte de la región, ríos, lagunas y los otros volcanes, así como el tremendo cráter de más de 800 metros de longitud – uno de los más grandes de los volcanes australes de Chile- que se encuentra completamente cubierto por un glaciar.

Volcán Lonquimay. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares
Volcán Lonquimay. Créditos: Sergio Peréz @sergioperezmenares

Vale decir que el volcán Lonquimay ha tenido tres erupciones registradas en la historia escrita, la primera de ellas en 1887,​ la segunda en enero de 1933 -siendo paralela a la del volcán Llaima- y la más reciente, ocurrida el 25 de diciembre de 1988 y que dio origen al Cráter Navidad (nombrado así por la fecha en que ocurrió el evento volcánico).

Las excursiones a la cumbre del Lonquimay son de baja dificultad, y sin duda, la belleza de ascender por valles encendidos entre araucarias milenarias es algo impagable. Se trata de un sector muy versátil, que por una parte es ideal para iniciarse en el bello deporte del esquí o el randone, y por otro lado también guarda recorridos para experimentados, con mayor nivel técnico tales como la Sierra Nevada o Khutrao Khutrao.

Volcán Tupungato

Volcán Tupungato, de 6.570 msnm-, y al menos 28 cumbres de más de 5 mil metros. Créditos: Guy Wenborne
Volcán Tupungato, de 6.570 msnm-, y al menos 28 cumbres de más de 5 mil metros. Créditos: Guy Wenborne

El Tupungato – o “mirador de estrellas” en legua huarpe- con sus 6.570 metros de altura, es la montaña más alta de la cordillera de los Andes al sur del Aconcagua y domina los alrededores con su enorme tamaño y representativo cono, sobrepasando por muchos metros a todas las cumbres vecinas. Es la montaña de mayor altura de toda la región Metropolitana. Pero está tan lejos hacia el Este, que pocas veces nos damos cuenta de esta inmensidad. La sonoridad de su nombre, rítmico y musical, evoca el tambor del trueno, sorprende como el relámpago.

Es una montaña compartida con Argentina considerada geológicamente como un volcán pleistoceno extinto, aunque el volcán holoceno Tupungatito, situado inmediatamente al Suroeste y con el que a veces se lo confunde, se encuentra en estado de actividad con al menos 18 erupciones registradas desde 1829, las últimas de las cuales fueron emisiones suaves de ceniza en 1980 y 1986, existiendo esporádica actividad de fumarolas.

Ruta de aproximación a la base del volcán Tupungato (Vega de los Flojos), en el Cajón del Maipo. Octubre 2021 ©Cristian Donoso C.
Ruta de aproximación a la base del volcán Tupungato (Vega de los Flojos), en el Cajón del Maipo. Octubre 2021 ©Cristian Donoso C.

Este volcán es un desafío serio para montañistas que busquen experiencia en altura ya que es un «seismil» alto, aislado y tan duro como el Aconcagua. No obstante, el sacrificio vale completamente la pena ya que una vez en la cumbre nos encontramos con un paisaje inigualable que se alza como uno de los rincones mejor guardados de los Andes Centrales.

Aquí podemos contemplar formaciones geológicas impresionantes, valles escondidos entre montañas verticales, pozones azules, glaciares, fuentes termales y un sinfín de fósiles y restos arqueológicos ya que esta ruta fue muy utilizada por los pueblos originarios en épocas prehispánicas.

Para quienes no quieran subir a la cumbre, la mejor opción es subir al Tupungatito, donde podrás contemplar el lago de ácido que llena el cráter y observar la actividad volcánica a cámara lenta.

Vale decir que, al ser un macizo cercano a los 7 miles, el ascenso debe realizarse con todas las medidas de precaución necesarias para evitar accidentes e inconveniente. Si bien, el ascenso no requiere de mucha destreza, si requiere de mucha preparación y de un buen estado físico ya que  no puede ser realizado en un solo día como otras excursiones. Por ello es que el acceso debe contar con disposiciones legales, las excursiones deben ser guiadas y se debe informar con antelación a Carabineros de Chile.

Cabe destacar, igualmente, que el volcán Tupungato se encuentran emplazado en el área propuesta como Parque Nacional de cordillera y glaciares en la RM, en la cuenca de los grandes ríos Colorado y Olivares, el cual alberga un ecosistema y patrimonio de cordillera único, frágil y valioso. Sin embargo, hoy se encuentra amenazado por la acción antrópica y por la minería.

1 Comentario

1 Comentario

  1. Andres Puiggros

    Faltó el Parinacota, a mi gusto el más fotogénico de Chile….. Saludos!!!

Responder...