En los últimos años los huertos comunitarios urbanos han experimentado una verdadera revolución en diversas ciudades alrededor del mundo y las razones son variadas, aunque destacan la presencia de una mayor conciencia sobre la necesidad de mantener un desarrollo sustentable y de conocer el origen y la calidad de los alimentos que se consumen. Esta tendencia ha llevado a que hoy el 15% de los alimentos en el mundo provengan de cultivos en áreas urbanas, ya sea en huertos de jardines, azoteas, grandes explanadas en espacios abiertos o sitios eriazos.

Y lo cierto es que estas iniciativas están contribuyendo de manera positiva a la sociedad, sobre todo los llamados huertos urbanos comunitarios. Desde la promoción de barrios más saludables y conscientes, hasta la reducción del efecto de las llamadas islas de calor, aquí destacamos 10 beneficios de los huertos urbanos comunitarios.

  1. Facilita el acceso a alimentos frescos y de calidad como frutas y vegetales y por ende a una mejor calidad de vida y salud.
  2. Promueve un mejor ambiente social en el vecindario, al permitir que los vecinos interactúen y se conozcan entre sí. Incentiva el desarrollo de una identidad comunal.
  3. Permiten la integración de grupos como los adultos mayores o inmigrantes quienes encuentran aquí una actividad recreativa que los mantiene activos y les permite socializar con otros grupos etáreos o culturales.
  4. Promueve una mejor salud mental, al ayudar a combatir el estrés.
  5. Sirven como núcleos educativos sobre todo para los niños, quienes aprenden sobre responsabilidad, sustentabilidad, cuidado del medio ambiente y a valorar el esfuerzo de cultivar sus propios alimentos.
  6. Los jardines comunitarios además ayudan a disminuir el efecto conocido como “isla de calor”. La inercia térmica del agua presente en las plantas y de la propia tierra de cultivo hace que el huerto absorba el calor, reduciendo las fluctuaciones de temperatura.
  7. Se convierten en un santuario urbano para otros animales, como insectos polinizadores.
  8. Permite reducir los gastos en alimentos y funciona como como sistema de apoyo alimentario para aquellas familias con menores ingresos.
  9. Fortalece el sentimiento de pertenencia en los barrios y ayuda a que las comunidades rescaten, revaloricen y se apropien de sitios eriazos que de otra manera, probablemente terminarían llenos de basura.
  10. Ayuda a reducir los desechos orgánicos de la comunidad, al ser utilizados como compostaje.
©Martín del Río
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Huertos urbanos en Santiago

El primer huerto urbano comunitario que se instaló en la capital de Chile, fue el proyecto municipal de La Pintana inaugurado en 2007 en un terreno de 700 m2 dividido en 11 huertos. Para 2012, estos espacios ya ascendían a cerca de 40 en Santiago, y desde entonces han seguido proliferando.

Un ejemplo que ha llamado la atención de muchos, es la iniciativa que ha impulsado la organización Ecobarrio en conjunto con Hellmann´s, quienes se encuentran trabajando desde mediados de 2017 en el desarrollo de una serie de talleres de huertos sustentables para los vecinos del Barrio Yungay, donde además han implementado diversos huertos y gallineros comunitarios, siendo el más emblemático el instalado en la Plaza Libertad. Actualmente éste ocupa la explanada de 1.000 m2 que dejó la mítica estación fantasma de la línea 5 del Metro, que en 2013 quedó a disposición de la comunidad una vez que la empresa de transportes autorizara su uso público con la entrega de un comodato a la Municipalidad de Santiago.

©Martín del Río
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“Para nuestra organización es fundamental ocupar los espacios comunitarios para realizar proyectos que puedan ser beneficiosos para el barrio y para la gente. Lo que más nos importa es generar conciencia de que se puede trabajar entre todos para cuidar nuestro ambiente«, explica Isabel Cayul, Directora de Ecobarrio, organización que lideró esta actividad.

Tres huertos comunitarios han sido construidos y mantenidos por los vecinos a lo largo del año. Uno ha sido instalado en el Jardín Infantil Ignacio Carrera Pinto, donde los niños han podido trabajar con la tierra, plantas y alimentos, con talleres como “Reconocimientos de Plantas de la Huerta” y “Taller de Huerta Familiar”. También destaca la construcción de un gran invernadero con sistema de riego en la Junta de Vecinos, en donde cada jueves los vecinos se juntan a cuidar y mantener las plantaciones. Y por supuesto el huerto en la Plaza Libertad. Todo esto ha sido posible gracias a la colaboración que ha brindado Hellmann´s a esta iniciativa.

“Hace algunos años decidimos dar un giro sustentable. Comenzamos a ver de qué manera nuestras marcas pueden ser un aporte en la sociedad. Esto, por un lado relacionado a la procedencia de los ingredientes de nuestros productos, como también el mensaje de marca. Por ejemplo, los tomates que utilizamos en la elaboración de kétchup son totalmente frescos; la mayonesa está hecha de huevos de campo, entre otras cosas”, cuenta Beatriz González, Product Manager de Hellmann´s.

©Martín del Río
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