El pueblo de Farellones creció con los primeros esquiadores de la zona a principios de los años 30. Está ubicado a 33 kilómetros de Santiago, en la cordillera de Los Andes, y tiene una altura de 2.400 msnm. Hoy, junto a Cerveza Corona, te llevamos a los comienzos de su historia para compartir 10 interesantes datos que probablemente desconocías de este popular destino de invierno.

1. Los pioneros hacían un viaje de 5 horas, para esquiar 5 minutos

Después de un viaje de varias horas de esfuerzo, los pioneros de Farellones podían descender una sola vez en esquíes de madera (©CAF)
Después de un viaje de varias horas de esfuerzo, los pioneros de Farellones podían descender una sola vez en esquíes de madera (©CAF)

Un libro de la Corporación de Adelanto de Farellones (CAF) cuenta que los inicios de Farellones datan de principios de los años 30. Era una época en que la vida de montaña no era muy conocida, salvo por aquellos que habían tenido la oportunidad de viajar a los Alpes Suizos u otra parte de Europa. Y así fue como los primeros esquiadores llegaron a Farellones: buscando la montaña perfecta para deslizarse con sus esquíes de madera.

Pero el camino no era fácil. Al igual que hoy, eran 40 curvas por una ruta no pavimentada y subir en auto resultaba muy peligroso. Entonces, los deportistas subían en un camión hasta Corral Quemado, pero debido a las curvas estrechas del camino, el transporte tenía que retroceder y avanzar constantemente. Mientras tanto los esquiadores, que estaban acoplados en la parte de atrás, soportaban mirar el precipicio, el viento, el frío y los mareos. El resto de camino, los 17 kilómetros restantes, lo podían hacer a pie o a mula. En total, era un trayecto que podía durar más de cinco horas para descender una vez en esquí por cinco minutos. Y valía totalmente la pena.

2. El primer refugio universitario de Farellones pudo terminarse gracias a la caridad

La primera universidad en fijarse en Farellones fue la Universidad de Chile, a principios de los años 40. El club deportivo del establecimiento donó 6 mil m2 en Farellones para hacer un refugio de 65 metros de largo y 30 de ancho, en el que podrían dormir 150 personas. Era un proyecto ambicioso: el refugio más imponente que se podía imaginar para esa época, y se ubicaría a unos 300 metros del Ski Club. Pero el dinero no les alcanzó.

Aún así, el proyecto no podía quedar a medias y los mismos estudiantes empezaron a moverse para su construcción y comenzaron una colecta. Se vistieron formales y pidieron dinero en el centro de Santiago. Con el aporte de las personas y del Gobierno, recolectaron los casi 243 mil pesos que faltaban para terminar de construir. Hoy se asoma en la ladera de una curva al oeste del Camino Los Cóndores y tiene vista hacia los cerros de La Parva, Paloma, Altar, Leonera y Santiago.

3. Los primeros esquiadores usaban grasa animal y pieles de foca para subir la montaña

Pionero de Farellones (© CAF)
Pionero de Farellones (© CAF)

Como en esa época no había mucha cultura de nieve en nuestro país, los equipos y la vestimenta se tenían que comprar en el extranjero. Para tener botas de nieve, cubrían las que tenían con grasa de carne animal y, muchas veces, para conseguir esquíes de madera los chilenos llevaban dinero a la montaña para comprarle sus equipos a los extranjeros. Además para seguir subiendo hacia El Colorado, tenían que ponerles pieles de foca para no resbalarse.

En 1936, el equipo recomendado consistía en una chaqueta corta y ancha, ajustada en la cintura, pantalones noruegos y un sombrero acampado u orejeras. De protección solar ni hablar, no llevaban bloqueador y como pasaban todo el día esquiando, las consecuencias se hacían notar: no era extraño ver a algún esquiador con ampollas en la cara.

4. En un inicio hubo refrigeradores al aire libre y lluvia de alimentos

Los grandes refugios se demoraron en llegar y muchos de los que en un principio se quedaban a alojar, lo hacían en pequeñas carpas. Una vez que ya había casas, quienes las habitaban mantenían los alimentos perecibles en iglúes. Como era común que el camino se cortara por las nevazones, más de alguna vez un avión lanzó víveres al pueblo de Farellones.

5. En 1965 Farellones fue la sede del Pre Mundial de Esquí

Los esquiadores en esa época debían tener buenos conocimientos de la montaña (© CAF)
Los esquiadores en esa época debían tener buenos conocimientos de la montaña (© CAF)

En 1966 fue el mundial de Esquí de Portillo. Para llevarlo a cabo, se necesitaba un centro alternativo en caso de que fallaran los caminos. Eso hizo que en 1965 Farellones, que había iniciado sus actividades cerca de 30 años antes, fuera la sede del Pre Mundial. No fue fácil. Los representantes de la Federación de Esquí tuvieron que convencer a los europeos para hacer el evento en nuestras tierras. Y lo lograron.

Pero una lluvia de 18 días y una avalancha que dejó cinco muertos destruyó todo en el 65′. Pese a esto, decidieron seguir y reconstruir con el apoyo del Gobierno, el Ejército y el Comité Organizador, lo que terminó siendo un avance para lo que conocemos hoy: la ley de importación de andariveles, la electrificación del pueblo, la mejora de los caminos, el hacer conocido el esquí en nuestro país y la popularidad de Chile como un destino privilegiado para hacer deportes de montaña.

6. El refugio de Agustín Edwards Budge fue el primer gran refugio de la zona

©Cerveza Corona
©Cerveza Corona

Agustín Edwards Budge fue uno de los primeros en llegar a este sector y fue quien decidió crear en 1936 el primer gran refugio para Farellones. Su construcción generó el impulso necesario para que los deportes de nieve comenzaran a desarrollarse en la región y, al ser amigo cercano del presidente Alessandri Palma, Edwards logró construyeran el camino a Farellones desde Corral Quemado y potenció la creación del primer andarivel en 1942.

Cuando se empezó a construir el refugio, todos los materiales se subieron a mula. ¡Hasta un piano! Todo se hizo a mano y resultó en lo que podemos ver hoy: una gran construcción en la curva 39, con una hermosa vista de Santiago y los ventisqueros La Paloma y El Plomo.

Hoy este refugio se transforma cada temporada de invierno en la famosa Casa Corona ofreciendo uno de los mejores atardeceres de Santiago y organizando diversos eventos culturales con música en vivo. Esta temporada de invierno 2018 estarán presentes todos los fines de semana, siendo las próximas fechas este viernes y sábado 27 y 28 de julio.

7. El Refugio Chico fue el primer alojamiento de Farellones

Capilla de Farellones,construida por el arquitecto Santiago Roy (© Martín del Río)
Capilla de Farellones,construida por el arquitecto Santiago Roy (© Martín del Río)

En 1935 se puso la primera piedra del Refugio Chico. En ese entonces fue el primer alojamiento en el sector, pero sólo se podían hospedar 30 personas: 20 en tarimas y 10 en el suelo o catres de campaña. Hoy ese refugio es parte del Colegio Farellones. Un año antes, se construyó la primera capilla del sector hecha de piedra. Hoy es parte de una de las atracciones arquitectónicas de la ciudad.

8. El hotel de Farellones tuvo un puma de mascota

Paolo Capezzone llegó desde Mendoza a la montaña chilena y construyó dos veces el hotel del pueblo. ¿El problema? Dos veces se quemó. También adoptó un puma de mascota que luego tuvo que entregar al Zoológico Metropolitano porque los visitantes se asustaron.

9. Aquí los chincoles son más grandes de lo normal

© Juan Rivero de Aguilar
© Juan Rivero de Aguilar

Los chicoles son aves pequeñas capaces de adaptarse a muchos hábitats. Viven en ciudades, en campos y en zonas de alta y baja altura. Un estudio que comparó a esta especie en Farellones (mucha altura) y la Quebrada de Maipú (menos altura), demostró que los chincoles que habitan en este pueblo de montaña a gran altura, son mucho más grandes, exploradores y migratorios que los que están en zonas a menor altura, adaptándose más a su entorno y a los cambios climáticos.

10. Farellones tiene dos anfibios endémicos

Sapo del Monte © Andrés Charrier
Sapo del Monte © Andrés Charrier

Existen dos especies de anfibios que son propias de la zona de Farellones y La Parva. Ellas son el sapo de pecho espinoso de La Parva, en estado vulnerable, y el sapo del monte, que está en peligro de extinción. Ambos se encuentran amenazados porel desarrollo inmobiliario, la demanda de agua y la contaminación de las quebradas y son muy especiales ya que se han adaptado para vivir en las alturas, con poco oxígeno y variaciones térmicas.

Referencias:

Farellones, historia de un pueblo de montaña (2015). Corporación de Adelanto de Farellones (CAF).

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