Chiloé meses después de la crisis: una señal para abrir los ojos
El fotógrafo Daniel Casado visitó Chiloé en mayo, cuando las manifestaciones de los pescadores estaban en pleno desarrollo y hoy, meses después, reflexiona acerca de una realidad que no sólo afecta a la isla sino que se hace patente a lo largo de Chile y sus costas.
Pasé 10 días en Chiloé durante las manifestaciones de mayo que paralizaron la isla como consecuencia de la marea roja que afectó al sector pesquero, y no deja de sorprenderme como los medios ya no hablan del tema.
¿Qué pasa con esa gente? ¿Con ese mar? ¿Con los pescadores que por generaciones han vivido de manera sustentable con el entorno? Al parecer nada… Y eso es muy fuerte, porque seguimos dando carta blanca a las industrias para que hagan y deshagan, sin importar nada más que el signo $.
Luego de la última ley de pesca, donde se destaparon varios escándalos de votación, se aumentó fuertemente la cuota de pesca para el sector industrial. En la región de Aysén, en especies como la merluza de cola y de tres aletas, la cuota es 100% industrial, y para la famosa merluza austral, la cuota es de 60%, pero a través de la compra de cuota, se puede llegar al 100%.
Al pasar de pesca artesanal a industrial, pasamos de anzuelos y espineles a redes de arrastre que arrasan con todo a su paso, pescando cualquier especie que se cruce en su camino. Así, para «fabricar» un kilo de salmón se necesitam entre 4 a 6 kilos de otro pescado y en Chile se producen 800.000 toneladas de salmón al año. Tomando esto en cuenta, haga usted la matemática..
¡La naturaleza no es un recurso ilimitado!
Parece que todavía no nos cae la teja con esa idea. Por el contrario, pensamos en crecer, en producir más, ganar más, sin nunca tirar la raya para la suma. Lo que está pasando con nuestros mares es algo muy fuerte, y parece no importarle a nadie.
El océano nos está dando señales claras de que algo anda mal, pero en la práctica, todo sigue su curso, no hay cambios, no hay toma de medidas, no hay sanciones, y es ahí cuando uno se pone a pensar. ¿Qué tendrá que pasar para que hagamos algo? ¿No es suficiente lo que se revela ante de nosotros?
Por ahora es un deber de todos nosotros estar informados, porque las generaciones que vienen van a recibir un ecosistema totalmente colapsado. Creo de verdad que si todos nos alineamos, hay mucho que se puede lograr, y la clave para eso es estar unidos e informados.
Es hora de despertar.