Agua dulce para el desierto
Hoy en LS, nuestra colaboradora Clara Munita nos cuenta sobre su innovador proyecto: un sistema para aprovechar el agua de la camanchaca.
En el norte de Chile una niebla espesa se levanta desde el mar por la evaporación superficial del agua. El viento la sube hasta que se atasca en la parte alta de los cerros costeros. Esto es La Camanchaca que se puede convertir en litros y litros de agua.
El sistema más conocido de “atrapar la niebla” son unas estructuras forradas en malla Raschel -malla de kiwi- que parecen redes de voleibol. El viento pasa a través de esto y las micro gotas suspendidas en el aire se condensan y escurren por la malla a una canaleta abierta de PVC. Este sistema es más o menos eficiente según la zona donde se aplique. En las mejores condiciones, un atrapanieblas de 8 m2 es capaz de condensar hasta 32 litros/ día. Su autoconstrucción, tiene un costo aproximado de $150.000 más la mantención.
Con tres atrapanieblas, se puede hacer algo interesante para dos personas, a lo menos para cubrir los 16 litros diarios de consumo promedio por persona en lugares desérticos y para cubrir el riego de una chacra de 120 m2. Frente a la falta de agua, La Camanchaca es una oportunidad importante para el desarrollo rural.
Un lugar especial
El lugar que tiene el mayor potencial para recolección de agua en Chile, es Alto Patache. Tuve la oportunidad de conocer este lugar porque desarrollé mi proyecto de título allí, se ubica a 60 km sur de Iquique. Llegué en camioneta, con permiso del Centro del Desierto de la UC, quien administra este lugar. Alojé en un refugio básico a 700 m de altura donde viví la increíble experiencia en medio del cielo estrellado un silencio absoluto y un paisaje solitario.
Por la mañana pude ver la cadena de cerros de arena que miraban de muy cerquita al mar, hasta que, a las cuatro de la tarde llegó la temible Camanchaca, no podía ver ni a 3 metros de distancia, era como estar en una película de terror. Una vez que se despejó, volví a ver los cerros costeros, su paisaje maravilloso y entre zonas rocosas, arenas y barjanes, bajé caminando desde los 700 m de altura hasta la playa.
Alto Patache, fue en la prehistoria una pradera verde llena de vida. Hoy, es desierto florido costero, sitio botánico y arqueológico administrado por la Universidad Católica para su estudio, experimentación y conservación. No cuenta con muchos vecinos, más que un par de caletas que se han ido vaciando por la disminución de la pesca y los problemas de agua, aunque la verdad de las cosas es que este lugar podría aportar más de 80.000 litros diarios a la agricultura. Puedo asegurar esto porque mi proyecto entre otras cosas, regaba 20 ha de flores nativas –mejoradas- de las laderas de Patache. El agua la sacaba del proyecto de mi compañero Pablo Alfaro que consiste en un parque de atrapanieblas capaz de colectar 128.000 litros al día y de acumular en un estanque 9.000 m3 de agua de reserva.
Hay más lugares
Entre Iquique y la desembocadura del Loa, existe una franja de 380 km de intermitentes oasis de niebla, donde surgen más de estos pequeños ecosistemas por la condensación de La Camanchaca. Los cuatro más importantes son: Punta Gruesa, Alto Patache, Punta Lobos y Alto Chipana. En estos sectores podrían existir grandes parques de atrapanieblas como un concepto productivo, turístico y ecológico.
Existen varias ideas ingeniosas con este sistema de condensar el agua, pero falta quienes las implementen a gran escala y podamos disfrutar de esos paisajes olvidados en el desierto.
Les recomiendo lean el artículo de el espectador donde cuentan de una cervecería de Camanchaca, a ver si hay más personas que se motivan.