El desierto de Atacama, uno de los más áridos del mundo, ha sido testigo de un fenómeno inquietante: toneladas de ropa usada que son arrojadas cada año, acumulándose en vertederos clandestinos y convirtiéndose en un problema ambiental visible incluso desde el espacio. Esa realidad es la que el proyecto “De Atacama a Helsinki” llevó hasta la VII Bienal de Arte Contemporáneo de Europa y América Latina (BELA), realizada en agosto de este año en Finlandia, con el apoyo de la Embajada de Chile en Helsinki y Estonia.

La instalación textil y fotográfica, acompañada por piezas audiovisuales, buscó trasladar simbólicamente el desierto chileno hasta la capital finlandesa, conocida por su enfoque vanguardista y sus políticas de sostenibilidad. Pero la obra no solo se trató de un registro visual, sino de un llamado a la reflexión sobre nuestros hábitos de consumo y la huella que el fast fashion deja en el planeta.

Esta exposición llegó para evidenciar la crisis ambiental de los vertederos textiles que se acumulan en las afueras de Alto Hospicio, en la Región de Tarapacá. Cada año, más de 60 mil toneladas de ropa usada ingresan al país, provenientes principalmente de Europa, Estados Unidos, China, Corea y Japón. La mayoría de estas prendas no se venden y terminan abandonadas en el desierto, formando gigantescas pilas que incluso se ven desde los satélites.

Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.
Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.
Alto Hospicio. Créditos: Pablo Valenzuela.
Vertedero textil en Alto Hospicio. Créditos: Pablo Valenzuela.

El impacto ambiental de estos vertederos es profundo. La ropa sintética y tratada con productos químicos libera contaminantes al degradarse, y la quema de textiles agrava la contaminación atmosférica. Además, la acumulación de residuos afecta directamente a la golondrina de mar negra (Hydrobates markhami), especie en peligro que nidifica en cavidades del desierto. Los desechos bloquean los nidos, atraen depredadores y alteran el ciclo reproductivo, poniendo en riesgo la supervivencia de la especie.

El fenómeno tiene raíces históricas y económicas. Desde hace más de 15 años, gran parte de la ropa usada importada termina de forma ilegal en los vertederos. A pesar de la regulación con la Ley REP 20.920, que establece responsabilidades para productores y comercializadores textiles, la fiscalización y la educación ambiental son insuficientes para detener la acumulación ilegal.

Este escenario pone de relieve que el consumo de ropa y la industria textil no son problemas aislados. Según cifras recientes, cada chileno genera más de 32 kilos de residuos textiles al año, y a nivel global, la moda rápida contribuye con un 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 20% de las aguas residuales industriales. La exposición de estas cifras, sumada a experiencias artísticas como la instalación de Atacama a Helsinki, permite visibilizar cómo decisiones de consumo aparentemente individuales tienen efectos tangibles sobre ecosistemas frágiles y especies amenazadas.

Alto Hospicio. Créditos: Pablo Valenzuela.
Vertedero textil en Alto Hospicio. Créditos: Pablo Valenzuela.
Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.
Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.

Abordar esta crisis requiere acciones coordinadas: regulación efectiva, reciclaje y valorización de los textiles, conciencia ciudadana y compromiso de empresas y comunidades. La experiencia de Alto Hospicio demuestra que, incluso en los paisajes más remotos, los efectos del consumo irresponsable son visibles, y que el arte puede ser un poderoso catalizador para la reflexión y la acción.

«Más que hablar desde de la denuncia, desde un inicio se buscó entregar un mensaje más positivo. O sea, no queríamos mostrar un chile deteriorado, sino que el objetivo siempre fue mostrar lo que se sacrifica cuando se tienen malas políticas o cuando se producen algunos fenómenos ajenos al paisaje por malas decisiones. Ver cómo afecta eso en nuestro paisaje, pero siempre desde una mirada más positiva, de poner en valor el desierto más que de la denuncia puntual en sí», comenta Pablo Valenzuela, fotógrafo y uno de los artistas involucrados en esta instalación.

«El arte siempre es una herramienta para poner los temas sobre la mesa y, en particular, sobre la economía circular. En el tema de crear conciencia sobre estos actos que afectan al desierto, sin duda, el arte es una herramienta más, no es la única. Eso hay que dejarlo 100% claro. Nosotros, a través del arte, no pretendemos cambiar el mundo. Somos un punto de vista más que, junto a otros, puede conducir a un comportamiento más responsable y sostenible», añade.

Alto Hospicio. Créditos: Pablo Valenzuela.
Vertedero textil en Alto Hospicio. Créditos: Pablo Valenzuela.
Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.
Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.

El arte como espejo del desierto

La instalación “De Atacama a Helsinki” combinó varios lenguajes artísticos: grandes estructuras textiles hechas con ropa en desuso, fotografías y un componente audiovisual musicalizado. Cada elemento dialogando entre sí y con el público, generando una experiencia inmersiva que mezcla estética, memoria y realidad.  

El proceso creativo duró cerca de cuatro meses y fue profundamente colaborativo. La base de la obra fueron las fotografías de Pablo Valenzuela, quien desde los años 90 se ha dedicado a documentar los paisajes del altiplano y del desierto, logrando capturar la esencia mínima y abstracta del territorio, enfocándose en detalles y geometrías que transmiten la magnitud y sutileza del paisaje, más allá de la simple documentación visual.

«Es un trabajo que yo vengo haciendo hace más de 30 años. Siempre me he dedicado a retratar el paisaje chileno, principalmente. Así que no es algo en particular que me haya motivado, retratar el norte, sino que es parte de mi trabajo al cual me he dedicado siempre», señala Valenzuela.

«En general yo sigo la línea de geometría al instante, que es lo que más me motiva, que es una fotografía minimalista, sin intervención, ni durante ni después de la toma, sino que son fotos bastante reales. La idea es que, con la observación de uno, personal, uno retrate lo que observa. No son fotos trabajadas posteriormente. Obviamente, son fotos reveladas en Photoshop, pero no son fotos intervenidas. La idea es mostrar la belleza del desierto tal cual es», agrega.

Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.
Créditos: Pablo Valenzuela.
Desierto de Atacama. Créditos: Pablo Valenzuela.
Créditos: Pablo Valenzuela.

Su trabajo sirvió de inspiración para que las artistas Mana Castillo y Angelito Peñaranda elaboraran las piezas textiles, integrando materiales reciclados y técnicas artesanales que reflejaran la identidad del norte chileno. Mana Castillo trabajó sobre planchas de gres, lino rústico y hilos de algodón crudo, combinando bordados, nudos y ataduras que generaran texturas y contrastes cromáticos que evocaran los tonos rojizos del altiplano, los blancos de los salares y la diversidad mineral de la región. Su trabajo siempre se ha caracterizado por conectar la tradición artesanal precolombina con la sensibilidad contemporánea, creando un puente entre el pasado y presente, la cultura ancestral e innovación.

Por su parte, Angelito Peñaranda fue quien entregó el enfoque de sostenibilidad y reutilización, transformando ropa y textiles desechados en piezas dinámicas y coloridas que terminaron por invitar a la interacción y a la reflexión sobre los ciclos de consumo y descarte. Su trabajo se destaca por contar historias de resiliencia y transformación, resaltando la conexión entre arte, comunidad y medioambiente.

De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.

«A Mana Castillo yo la conocí en un taller fotográfico que hice en el Festival de FotoArica.Y, después de eso, ella me propuso ir a la Bienal, porque a ella la invitaron por su trabajo. Ella quiso asociar su trabajo textil al mío fotográfico. En forma simultánea estaban trabajando ellas, Mana Castillo y Angelito Peñaranda, en el tema textil. Entonces, al final, los tres nos unimos en un mismo tema. Cuando ellas visitaron los vertederos, ahí surgió la idea de mezclar lo de los vertederos con lo mío», cuenta Valenzuela.

«Me propusieron hacer un trabajo textil a partir de fotos del desierto y vincular eso con el tema de los vertederos. Entonces, la idea era mostrar el desierto prístino a través de la fotografía, a través de un diseño textil, y vincular eso con la problemática de los vertederos. Para poner en valor lo que es el desierto virgen y lo que se afecta con los vertederos de ropa», añade.

La exposición fue presentada en varias etapas antes de llegar a Helsinki: desde residencias artísticas en Vitacura, donde la comunidad local participó en talleres de reutilización textil; hasta exposiciones en la Ex Salitrera Humberstone y la Estación Mapocho, en el contexto de eventos de moda sostenible. Estas instancias permitieron a los artistas experimentar, dialogar con el público y enseñar técnicas de reciclaje creativo, incorporando un componente educativo y comunitario.

De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.

«El desafío era cómo imprimir esas fotografías en un gran tamaño, que hiciera la par, que jugara, y complementara el trabajo textil. Por lo tanto, técnicamente no era fácil. Para imprimir eso y para llevarlo en primer lugar a Humberstone, después a la estación Mapocho, y finalmente a Helsinki, requería de ser algo transportable. Así como visualmente atractivo y de gran tamaño, porque los espacios para exponer son abiertos, y eso implicaba que había que imprimirlo en unas telas. Para ser transportable también, porque al ser llevadas de aquí a allá con otro material se podían romper, quebrar, doblar, en fin», agrega.

En Helsinki, la instalación se expuso en el centro cultural Cable Factory, el más grande de Finlandia, durante la VII Bienal BELA. La embajadora chilena, Belén Sapag, acompañó la inauguración y destacó la importancia de proyectar el arte nacional en el extranjero, subrayando que se trataba de la primera vez que esta instalación se presentaba fuera de Chile.

La obra fue catalogada como “la más imponente de la bienal”, por su escala, fuerza estética y relevancia temática, conectando directamente los ejes curatoriales de sostenibilidad, diversidad y empoderamiento racial con la identidad latinoamericana y la conciencia ambiental global.

De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.

«Cuando fue la inauguración, la misma gente de la Bienal se tomó la fotografía oficial, con todos los artistas —que son de distintos lados, principalmente brasileños y algunos europeos—, frente a esta instalación nuestra. En general, la Bienal tiene cuadros, esculturas, diversas expresiones artísticas, pero esta gran instalación era muy llamativa y gustó mucho. Tuvo mucha aceptación, sobre todo en este galpón industrial, donde lucía muy bien. Entonces, la foto oficial la tomaron en ese lugar. Y eso fue un reconocimiento de que el trabajo había gustado», afirma Valenzuela.

«Tenemos relación ahora con la embajada de Chile en Finlandia. Nuestra idea es, a partir de Finlandia, tratar de gestionar llevar esta instalación a algunos otros lugares, principalmente inicialmente de Escandinavia. También, estamos gestionando también llevarla a la COP», añade.

De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
De Atacama a Helsinki, creada por Pablo Valenzuela, Mana Castillo y Angelito Peñaranda. Créditos: Pablo Valenzuela.
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