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Laura Farías, oceanógrafa: “La interrupción del ciclo del carbono se traduce en más temperatura para el planeta”
En una entrevista con Ladera Sur, la reconocida oceanógrafa argentino-chilena explica las claves del funcionamiento del ciclo de carbono en los océanos y cómo el ser humano lo está modificando con el cambio climático. En los últimos 20 años, el océano ha capturado hasta una cuarta parte del exceso de dióxido de carbono liberado desde la era industrial.
El océano es más antiguo que la vida. Cuando la historia de la Tierra comenzó, no había agua, ni tampoco vida. Se trataba de una gran roca ardiente que giraba alrededor del Sol, cubierta de lava fundida y agitada por el constante impacto de asteroides.
Así sucedió durante millones de años, hasta que el planeta se enfrió y el vapor de agua liberado por los volcanes se condensó en la atmósfera para finalmente precipitar, en lo que los científicos denominaron la lluvia primordial. Llovió durante miles de años, el tiempo suficiente para crear los primeros océanos.

La vida nació en sus profundidades, en un mundo cálido y completamente falto de oxígeno, aunque las características de aquella vida primigenia y de la atmosfera -o mejor dicho de su ausencia- eran muy distintas a la que hoy en día conocemos, pero los elementos básicos para que todo lo demás suceda ya se habían puesto en marcha.
Desde aquel momento el océano ha moldeado el clima de la tierra, hasta hace algunos años, cuando el ser humano, mediante la emisión de gases de efecto invernadero, comenzó a modificar su funcionamiento como nunca antes sucedió en la historia del planeta.
Estos son los temas que apasionan a Laura Farías (1963), en cuyo acento se deja entrever un dejo de su tonada natal cordobesa, aunque vivió más de la mitad de su vida del otro lado de la cordillera. Esta doctora en oceanografía por la Universidad de Concepción, Chile, es profesora titular del Departamento de Oceanografía.
A su vez es investigadora asociada del Centro para el Clima y la Resiliencia de Chile donde se aboca a procesos biogeoquímicos involucrados en los ciclos de gases de efecto invernadero. Fue coordinadora científica de la mesa de Océanos y de la publicación Océano y Cambio Climático: 50 preguntas y respuestas, ambas de la COP25, la frustrada cumbre climática que en el 2019 debió llevarse a cabo en Santiago de Chile pero luego del estallido social terminó celebrándose en Madrid.

—¿Qué es el clima?
—El sistema climático del planeta Tierra corresponde a cinco reservorios, la atmosfera, la litosfera, la biosfera y la hidrosfera, donde se encuentra el océano y aguas dulces (el océano es el 97,8% del agua del planeta, muy poco es agua dulce). Últimamente se agregó la criósfera como parte de la hidrosfera. Son como cajas que intercambian gases, compuestos y energías. Esas cajas siempre han tenido forzantes mediante ciclos planetarios y geológico que han activado los distintos climas de la tierra.
—¿Cómo funciona el ciclo del carbono en los océanos?
—El océano naturalmente tiene tres bombas: la bomba biológica, que es la formación de materia orgánica mediante la fotosíntesis del fitoplancton y su cadena trófica. Un pequeño porcentaje de este carbono orgánico va al fondo y allí se entierra. Se captura el dióxido de carbono de la atmosfera mediante estos organismos y cuando pasa cierta profundidad esa captura se transforma en secuestro. Finalmente luego de millones de años la materia orgánica secuestrada mediante la presión y la temperatura se transforma en carbón o petróleo, los hidrocarburos.
—¿Y las otras dos?
—También el dióxido de carbono al entrar en contacto con los océanos se disuelve y crea carbonato de calcio. La bomba de los carbonatos es cuando se hunde, se puede disolver y si llega a los sedimentos forma las calizas, los mármoles, el mármol de carrara que después queda expuesto en un yacimiento geológico. Por último, también está la capacidad propia del océano de disolver el CO2 equivalente, que al combinarlo con el agua forma el ácido carbónico. Es parte de la salinidad del agua del mar. Cuanto más CO2 entra de la atmósfera al agua del mar, esta reacciona, se disocia y se transforma en bicarbonato y un protón.
—Este sería el proceso orgánico hasta la llegada del ser humano.
—Con la aparición del hombre, nosotros decimos que el gran impacto comienza con la gran aceleración, posterior a la Segunda Guerra Mundial. El salto se da cuando se instala el mundo capitalista y todo se dispara. No sólo los indicadores económicos, también los de uso de energía, de uso de agua, de sobreexplotación de pesca, de terrenos cultivados. Y también los indicadores físicos como la temperatura, gases como el óxido nitroso, el metano.

—¿Cómo se puede modificar este ciclo?
—El planeta no tiene más carbono que antes, lo que pasa es que se cambió la distribución. Lo que estaba como depósito de carbonato de calcio se usa para hacer cemento y lo que estaba enterrado en el fondo como depósito de hidrocarburos lo quema como combustible. Entonces, lo que demoró millones de años rápidamente lo pone nuevamente en la atmosfera. El océano con estas tres bombas intenta capturar y secuestrar el océano, pero no hace tiempo a enterrarlo. Esto hace que cambien las condiciones climáticas en cortos periodos de tiempo. Hay mucha incertidumbre, no se sabe cómo el sistema puede reaccionar por el ajuste en un tiempo de 30 o 40 años.
—¿Cómo afecta esto al océano?
—Afecta al equilibrio mediante la acidificación, es un mecanismo de retroalimentación positiva donde a más dióxido de carbono, mayor acidificación. Cuánto más disuelve, más el océano se acidifica. No es ácido el océano, el pH del agua del mar es 8 y está bajando (la escala de acidez va de 0 para lo más acido a 14 para lo más básico). Los pronósticos para el 2100 son de 7,8, es mucho porque es una escala logarítmica (sería un aumento del 58%). Las condiciones más acidas hacen que las formaciones de los corales se estén carcomiendo. También afecta la formación de nuevas estructuras: el carbonato de calcio no llega a hundirse y no puede continuar disolviendo el dióxido de carbono de la atmosfera, en estas condiciones se entierra cada vez menos. Se sobrecarga el sistema.
—¿Y entonces?
—El 90% del calor de la atmosfera lo captura el océano, si la atmosfera va a llegar a 2°, la temperatura del agua puede alcanzar un aumento entre 0,1° y 0,3°. Esto es suficiente para evaporar más agua, lo que se traslada a la atmosfera y genera eventos extremos. Cuanto más caliente está el agua del océano menos capacidad de absorción de gases tiene, la solubilidad es inversamente proporcional a la temperatura.
—Como un vaso de gaseosa que al aumentar la temperatura pierde el gas.
—Es como cuando hierves agua, pierdes todos los gases.

—¿Cómo nos afecta?
—Temperatura. El ciclo del carbono tiene tantos procesos que finalmente se traduce en un aumento de la temperatura. Si no te funcionan bien las tres bombas para capturar, secuestrar y enterrar el CO2, va a quedar en la atmosfera y se traduce en cada vez más calor. La interrupción del ciclo de carbono es más temperatura.
—¿Y a la fauna?
—Hay mucha migración. El plancton que se mueve con las corrientes se mueve hacia el sur, los que no se pueden mover están siendo afectados. Los que están fijos a un sustrato, como los corales, son los más amenazados.

—¿Cree en soluciones para revertir esta situación?
—Yo creo que las negociaciones climáticas han avanzado, pero con la nueva organización mundial del negacionismo y algunos liderazgos, se ha retrocedido bastante.
—¿El océano está enfermo?
—Tiene muchas amenazas. Todos los ecosistemas están amenazados, cuantas especies desaparecen diariamente. Aquí en Chile la mitad de los bosques son plantaciones de pino, no tienen biodiversidad, toman el agua, producen incendios. El cambio del uso del suelo también influye en el ciclo del carbono. Pero esto será tema para otra charla.