Proyecto internacional busca rescatar las tres especies de Nothofagus amenazadas en Sudamérica: sólo existen en Chile
Quien ignora el mundo de los Nothofagus no conoce una parte importante de Chile. Y es que los árboles de este género protagonizan una increíble historia migratoria y evolutiva, que cuenta con una supervivencia fascinante y ha intrigado a los científicos durante décadas. Sin embargo, la acción humana ha llevado a algunos de ellos al límite, como es el caso del ruil (Nothofagus alessandrii), el hualo (Nothofagus glauca), y el roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa), especies endémicas de Chile que hoy se encuentran en riesgo de extinción. Una iniciativa internacional, financiada por la fundación suiza Franklinia y liderada en Chile por la Universidad de Concepción, buscará asegurar la persistencia de estas especies arbóreas, que son claves en la ecología de los bosques en el hemisferio sur.
Los árboles del género Nothofagus protagonizan una increíble historia migratoria y evolutiva que ha intrigado a la ciencia durante décadas. Y es que este grupo de arboles cuenta con una historia fascinante que ha data del continente antártico, hace más de 80 millones de años, y su supervivencia se ha visto a prueba por fuegos arrazadores y por el gélido frío de las glaciaciones. Sin embargo, la acción humana ha llevado a algunos al límite, como es el caso del ruil, un verdadero fósil viviente que antiguamente poblaba la Cordillera de la Costa en la Región del Maule, y que hoy se encuentra en riesgo de extinción, reducido a poco más de 300 hectáreas.
Diversos factores como el cambio de uso de suelo, la sobreexplotación, la urbanización, las plagas, los incendios y el cambio climático, entre otros, han contribuido a fraccionar y destruir esta y otras especies del género Nothofagus. Un grupo de árboles clave en la ecología de los bosques en el hemisferio sur, y que, actualmente, presenta una preocupante tendencia hacia la desaparición.
El género Nothofagus se compone de treinta y siete especies distribuidas en 6 países del hemisferio sur (Chile, Argentina, Australia, Nueva Zelandia, Nueva Guinea y Nueva Caledonia). En nuestro país, este grupo de árboles que está representado por 10 especies. Sin embargo, como indica la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tres de estas especies- que son endémicas de Chile, es decir, solo existen en nuestro país- se encuentran gravemente amenazadas: el ruil (Nothofagus alessandrii), en peligro crítico, el hualo (Nothofagus glauca), en estado vulnerable, y el roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa), en estado vulnerable.
En este contexto, un proyecto internacional, financiado por la fundación suiza Franklinia y liderado en Chile por la Universidad de Concepción, buscará asegurar la persistencia de estas especies arbóreas, que son claves en la ecología de los bosques en el hemisferio sur. La iniciativa “Conservación y Restauración de las especies amenazadas de Nothofagus en América del Sur”, se llevará a cabo por tres años entre la Región Metropolitana y el Biobío y releva la urgencia en tomar acciones para revertir procesos de degradación y promover la conservación de las especies de Nothofagus en Chile.
El Director del Laboratorio de Ecología de Paisaje Universidad de Concepción, Dr. Cristian Echeverría Leal, entidad que lidera el proyecto, señala que “desarrollamos una priorización sistemática para la identificación de sitios de restauración ecológica y otra para sitios de conservación in-situ. En el caso de ruil, prácticamente todos los sitios visitados a lo largo de su distribución presentan algún grado de degradación, principalmente por incendios forestales y las acciones de restauración debería intentar aumentar el tamaño de los pequeños fragmentos que queda o bien conectarlos”.
Añade que “en hualo las oportunidades de restauración se concentran en la costa y es urgente detener la invasión de pino en zonas afectadas por incendio. En el caso de roble de Santiago existe una muy baja regeneración de la especie en su distribución norte, y se ha observado una alteración sustancial de su hábitat por cambio climático y presión humana”.
Durante el primer año del proyecto, se identificó más de 66 árboles semilleros a lo largo de la distribución de las especies. Y con el apoyo de los propietarios de predios particulares, se colectó semillas para acciones de restauración. “Además, este logro nos permitiría implementar colecciones vivas de conservación ex-situ de poblaciones genéticamente diversas, lo cual es algo inédito en Chile. Buscamos generar una póliza de seguro para el futuro de especies. Los bosques de Nothofagus amenazados son de un alto valor ecológico, científico, educacional, económico y cultural. Contribuiremos para que la conservación de estos bosques se convierte en una prioridad nacional”, proyecta el académico de la Universidad de Concepción.
También presente en la cita, la Seremi de Medio Ambiente de la Región del Maule, Daniela de la Jara Moreira, comenta que “uno de los aspectos vitales del Ministerio es justamente trabajar en la conservación de especies y evitar extinciones. En este sentido, la presentación respecto a estas tres especies, que son relevantes a nivel mundial y que están en la región del Maule, constituye una prioridad. La verdad es que también valoramos el esfuerzo colaborativo de distintas casas de estudios prestigiosas a nivel nacional y que también habla de la necesidad de trabajar coordinadamente. Desde el Ministerio estamos disponibles y trabajando desde ya en la coordinación del trabajo científico, que sustente las políticas públicas, para asegurar efectivamente la reducción de amenazas y evitar las extinciones, que justamente es uno de los objetivos que tiene este proyecto”, enfatiza.
Genética
“La idea es conservar el patrimonio genético que tiene la especie, ya que es bastante reducido, pero se puede capturar y es fundamental para el éxito del proyecto”, dice Fredy Mora Poblete, ingeniero forestal y académico de la Universidad de Talca, y argumenta que: “también está el tema de la endogamia. Como estas especies están muy restringida en términos de superficie, tienden a haber individuos endogámicos. Eso significa que los polens se están mezclando entre individuos cercanos genéticamente. Y al ocurrir esto, pueden existir problemas, por ejemplo, en la supervivencia o a nivel del desarrollo de los individuos”, explica.
En sentido similar, la Dr. Karen Peña, de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile, explica en relación a las especies de Nothofagus que se encuentran en la Región Metropolitana y O’Higgins, “que los ciclos de semillación se han alargado, o sea, hay periodos más largos donde no hay producción de semillas y al respecto el problema es que si queremos propagar la especie, ya sea para hacer conservación in situ o ex situ, no tenemos el material como para poder generar nuevos individuos”.
Agrega que, para el roble de Santiago, es muy importante la nieve. “En la actualidad llevábamos como 5 años que no caía nieve, hasta el año pasado que cayó nieve. Y eso generó que, por ejemplo, este año tuviéramos buena semillación”. La ganadería, es otro inconveniente y al respecto la académica indica que allí existen las veranadas, “entran al ganado y los dejan. Y después los van a buscar. No es que haya un arriero que los va cuidando por donde caminan, no. Entonces ellos van degradando porque comen, y además pisotean, rompen, etc”.
“A mí me tocó como estudiante en la década del 70, cuando nos llevaban a terreno, ver cómo cortaban y quemaban los bosques de ruiles o de hualo; no había gente, no habían herramientas, entonces hacían una corta por la orilla y prendían fuego para poder avanzar”. El ex académico de la Universidad de Talca, José San Martin es claro en identificar la incidencia humana en la desaparición de los grandes bosques que antaño cubrían los cerros costeros del Maule y otras zonas. “Era quemar, quemar, quemar, en ese tiempo no había ninguna norma, nada restringido, entonces era como quien cortaba mora por ejemplo. Ahora vuelvo al mismo lugar y no hay ningún ruil de los que yo vi antes”, rememora el investigador, añadiendo que la naturaleza “tiene otro ritmo, otra forma, otra estrategia de ocupar el espacio, nadie los apura, están adaptados evolutivamente al ambiente, entonces ese es el gran problema con las especies nuestras, las nativas, tienen un sistema más lento de crecimiento”, resalta.
En el proyecto “Conservación y Restauración de las especies amenazadas de Nothofagus en América del Sur”, están involucradas la Universidad de Chile, Instituto Forestal (Infor), Universidad Católica del Maule, Universidad de Talca, Inía, Club del Árbol de Talca, y el Botanic Gardens Conservations International (BGCI) desde Inglaterra. Todas estas instituciones actualmente están trabajando en diversas aristas relacionadas a la iniciativa, liderada por la Universidad de Concepción, a través del Laboratorio de Ecología de Paisaje.