Vanessa carye o “mariposa colorada”: descubriendo uno de los insectos más visibles de Chile
Es, probablemente, la mariposa más conocida por los chilenos debido a su amplia distribución en el territorio nacional y su gran presencia en todo tipo de hábitats, incluso ciudades. Es común verla durante las tardes de sol, disfrutando del calor mientras se mantiene inmóvil con las alas extendidas. Hablamos de Vanessa carye, mejor conocida como “mariposa colorada” o “mariposa de la tarde”, un lepidóptero altamente carismático de la familia Nymphalidae, que se caracteriza por el patrón distintivo de colores y manchas de sus alas, que varían de naranja, marrón, blanco y negro. A pesar de su apariencia pequeña y frágil, esta hermosa mariposa posee una resiliencia sorprendente, siendo capaz de volar contra el viento a altas velocidades y sobrevivir a las extremas temperaturas de la cordillera de Los Andes y del desierto más árido del mundo. Asimismo, se cree que esta mariposa es capaz de desplazarse alrededor de 15 mil kilómetros desde Venezuela a Tierra del Fuego, en un lapsus de varias generaciones. ¿Quieres saber más sobre esta maravillosa mariposa? Acá te contamos.
Es una mariposa de tamaño mediano, pero, al fin y al cabo, es diminuta, alcanzando a medir entre 45 y 55 milímetros. Nadie pensaría que una mariposa de apariencia tan pequeña y frágil sería tan resiliente, siendo capaz de concretar una serie de hazañas heroicas para un insecto.
La Vanessa carye, mejor conocida como “mariposa colorada”, es uno de los insectos de la familia Nymphalidae más comunes de nuestro país, encontrándose prácticamente en todo el territorio nacional, desde Arica a Cabo de Hornos, y habitando todo tipo de hábitats hasta los 5.200 metros de altura. Es una mariposa de hábitos diurnos, de vuelo ágil y rápido, que se mueve elegantemente entre las flores, buscando alimento y lugares a pleno sol. Es común verlas inmóviles en los caminos con las alas extendidas, mientras disfrutan del calor de los rayos de sol. De hecho, a esta especie también se la conoce como “mariposa de la tarde”, por su hábito de posarse en el suelo, con las alas extendidas, al sol de la tarde.
Su nombre común «mariposa colorada», por otra parte, hace alusión a la hermosa coloración anaranjada presente en la superficie dorsal de sus alas. “La superficie ventral del ala anterior incluye una gran mancha anaranjada en la base, mientras que el ala posterior tiene un patrón en mosaico con manchas de tonalidades grises y marrones, dándole un aspecto críptico. Esto último le permite pasar desapercibida en el suelo cuando pliega sus alas”, expresa Francisco Urra, investigador del Área de Entomología del Museo Nacional de Historia Natural.
Una de sus características fenotípicas más importantes es la presencia de un patrón de cuatro ocelos (manchas con forma de ojo) en las alas, que puede variar en intensidad y coloración, y que la diferencia de otras especies del género Vanessa.
En el sentido amplio, la biología de Vanessa carye no es muy distinta a otras especies de mariposas, ya que al igual que otros lepidópteros, presentan una metamorfosis completa, es decir, pasan por las fases de huevo, larva, pupa (o crisálida) y adulto (o imago). Sin embargo, una de sus principales diferencias con otras especies es su impresionante capacidad de sobrevivir en distintos hábitats, debido, principalmente, a su alta capacidad migratoria y sus hábitos alimenticios. “A pesar de recorrer grandes kilómetros Vanessa carye tiene una alimentación bastante común y variada, lo que le permite poder habitar casi todos los biomas de Sudamérica. Estas incluyen, Malvas, Urticaceas y Asteraceas”, puntualiza Hugo Benítez, doctor en Biología Evolutiva y director del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule, perteneciente a la Universidad Católica del Maule (UCM).
Vale decir que la Vanessa carye tiene una amplia presencia en el continente sudamericano. Esto porque su distribución geográfica es de tipo andina, es decir, su presencia sigue la línea de la cordillera de Los Andes, por lo que la encontramos en casi todos los países de Sudamérica. “La encontramos en países como Venezuela, Colombia, Ecuador (incluyendo las Islas Galápagos), Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile; incluso su presencia ha sido reportada en la isla Mangareva, en la Polinesia Francesa, y en Rapa Nui, Chile; lo que correspondería a casos de introducción accidental, producto del tráfico humano”, añade el investigador del Museo Nacional de Historia Natural.
En Chile se distribuye desde de Arica a Cabo de Hornos, desde el nivel del mar hasta los 5.200 metros de altitud, y también se encuentra presente en el Archipiélago de Juan Fernández. Podemos verlas volar durante todo el año en la zona norte del país, mientras que, en la zona central y sur, con inviernos más fríos, se observan desde fines de agosto hasta comienzos de junio. Aunque en Santiago y en otras localidades del centro del país, es posible verla todo el año cuando los inviernos son benignos.
Una migrante solitaria más resiliente de lo que parece
Nadie pensaría que una mariposa, un insecto con un semblante tan vulnerable, podría ser capaz de viajar miles de kilómetros, afrontando depredadores y condiciones extremas. Pero lo cierto es que si existe, y en Chile podemos encontrarla fácilmente en nuestros jardines o volando por las áreas verdes de nuestras ciudades.
Una investigación sobre la biodiversidad del altiplano y los patrones de adaptación de animales en ambientes extremos, llevada a cabo por el Laboratorio de Ecología y Morfometría Evolutiva de la Universidad Católica del Maule (UCM), con el apoyo de FONDECYT, el Instituto Milenio de Biodiversidad Antártica y Subantártica (BASE) y el Centro Basal Internacional Cabo de Hornos (CHIC), ha descubierto recientemente un enigmático patrón migratorio en Vanessa carye: la mariposa colorada puede volar ida y vuelta entre Chile y Venezuela, una distancia de alrededor de 15 mil kilómetros, en 5 o 6 generaciones.
“El objetivo es uno de los grandes misterios de las migraciones en animales. Por lo pronto las explicaciones pueden ser varias, una de ellas su instinto de supervivencia, lo cual permite a Vanessa carye evitar condiciones climáticas adversas y encontrar un ambiente más propicio para la reproducción y la supervivencia de sus crías. Aquí hemos llevado un seguimiento en periodos de verano e invierno, viendo masas de registros al sur en periodos de verano y al norte en periodos de invierno. Durante sus migraciones, buscan plantas hospederas adecuadas para oviponer sus huevos y asegurarse de que haya suficiente alimento para sus crías”, explica el Dr. Hugo Benítez, quien es parte de la investigación.
Actualmente, el laboratorio se encuentra estudiando dos posibles rutas migratorias de las mariposas coloradas, una que iría por la costa desde Venezuela a Tierra del Fuego y otra ruta por Los Andes, cruzando la cordillera y bajando por Uruguay y Argentina hasta la Patagonia.
Vale decir que esta mariposa no solo recorre una larga distancia, sino que durante su viaje se ve expuesta a numerosas amenazas y climas adversos. Durante su ruta tan extensa, pasa por ambientes del trópico sudamericano, por montañas con vientos que superan los 150 km/h, por el desierto más árido del mundo, y por los bosques lluviosos de Patagonia, no obstante, es capaz de cumplir su migración efectivamente, sobreponiéndose a la adversidad. Las aves son uno de sus grandes depredadores, como también lagartos y otros insectos como libélulas que pueden agarrarla principalmente en sus periodos de descanso.
“Nos hemos llevado grandes sorpresas con esta mariposa y cada expedición nos deja con una nueva experiencia. Por ejemplo, hemos identificado su vuelo contra el viento a altas velocidades, la mariposa corta el viento con sus alas en punta y es capaz de atravesar las ráfagas de viento en contra. En los desiertos áridos buscan los más inesperados escondites para poder pasar una noche que podría alcanzar -20°C. Las hemos encontrado escondidas vivas en carcasas de llamas muertas en mitad del desierto de atacama. En nuestras ultimas expediciones hace algunos años logramos publicar el hallazgo de Vanessa carye poniendo huevos y volando a más de 5.200 metros de altura en el altiplano chileno (Laguna Sora Pata en la provincia de Caquena). Y así muchas anécdotas de sus migraciones”, agrega el investigador de la UCM.
Cabe destacar que estas mariposas, a diferencia de las mariposas monarcas, son migratorias solitarias, por lo que los casos de nubes migratorias de Vanessa carye son bastante excepcionales. Y, por lo mismo, su migración no es tan visible como otras.
“Estudiar la conducta migratoria de V. carye en el país, toma sentido en un concepto territorial y de producción dado que, al ser una especie de insecto abundante en diferentes ambientes, este se transforma en un excelente modelo desde el punto de vista de la producción y polinización, V. carye, a pesar de ser especifica en sus plantas hospederas (Malvaceae y Asteraceae), es capaz de libar y traspasar polen ya sea de flores nativas, como frutales ornamentales en Chile, aportando como servicio ecosistémico su comportamiento migratorio”, finaliza el doctor en Biología Evolutiva.
Actualmente, esta especie no está clasificada en ninguna categoría de conservación debido a su amplia distribución, su capacidad para adecuarse a diferentes ambientes y la diversidad y abundancia de sus hospederos.