Humedales de Valdivia

Valdivia se caracteriza por las aguas que la rodean. Sus ríos Cruces, Calle-Calle, Cau-Cau y Valdivia han sido por años la identidad que define al territorio a nivel local y nacional. Asimismo, desde distintos rincones de la ciudad, los humedales se posicionan también como un fuerte atributo local y adquieren un creciente protagonismo a nivel nacional. No es menor, si se considera que la ciudad de Valdivia cuenta con aproximadamente el 15% de su superficie compuesta por Humedales, los que alcanzan casi 15 mil hectáreas, incluyendo dentro de éstos al del Río Cruces, el primero declarado en Chile como sitio Ramsar en el año 1981.

Estos humedales son particularmente valiosos para Valdivia, pues brindan una serie de servicios ecosistémicos vinculados a la capacidad de absorber y almacenar las aguas lluvia, un aspecto esencial para una ciudad que espera un promedio de 1700 mm de precipitaciones anuales. Adicionalmente, estos humedales son clave en la provisión y regulación hídrica, regulación de clima local, en la captura de carbono, en albergar hábitats para la biodiversidad, y en otorgar espacios de bienestar humano, entre otros. 

Este arraigo local asociado a los humedales no solo está condicionado por la proximidad a ellos, sino también por los diferentes episodios que han amenazado su integridad. Uno de los capítulos de afectación ambiental que más resonó en la ciudadanía fue el vertimiento de aguas residuales por parte de CELCO, hacia el sitio Ramsar Humedal Río Cruces en el año 2004. Esto contaminó las aguas del río, y generó la muerte por intoxicación a cientos de cisnes de cuello negro, especie icónica de la ciudad. A partir de ese desastre ambiental, surgió una fuerte oposición y organización ciudadana que clamó por la protección del medio natural y puso en evidencia la débil institucionalidad ambiental que había por esos años.

Ave Siete colores en el Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo, Valdivia, Región de Los Ríos. Créditos: Marcelo Cárcamo Vera.
Ave Siete colores en el Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo, Valdivia, Región de Los Ríos. Créditos: Marcelo Cárcamo Vera.

Acreditación de Ciudad humedal Ramsar y Criterios de selección

El Estado de Chile a través de la Cancillería postuló el 28 de febrero de 2024 a Valdivia para convertirse en la primera ciudad de Latinoamérica que ostente el título de Ciudad Humedal entregado por la Convención Ramsar. El argumento del país para elevar a la ciudad a esta nominación se vincula a los avances que ha tenido el territorio en las iniciativas de protección de sus humedales, particularmente la Ley de Humedales Urbanos (2020) y la Ordenanza de protección de Humedales de Valdivia (2022), lo que responde a los esfuerzos de la comunidad local que por años ha trabajado en su defensa y puesta de valor. Hoy se está a la espera del pronunciamiento de Ramsar que esperamos en los próximos días.

La oficialización de este galardón se realizará en la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes Contratantes (COP15), la cual se celebrará julio de este año en Victoria Falls, Zimbabwe. La presente iniciativa de Acreditación de Ciudad Humedal consiste en un sistema voluntario de las ciudades que valoran sus humedales, y que se han destacado en la preservación, gestión y restauración de humedales, y de paso, hayan aumentado la conciencia pública sobre el valor de los humedales, alentando la participación de actores locales en los procesos de toma de decisiones, incluida la postulación a la acreditación Ciudad Humedal. Así, esta nominación ofrece la oportunidad de obtener un reconocimiento internacional y que sus esfuerzos gocen de una publicidad positiva, lo que posibilita, dentro de otros aspectos, fortalecer el turismo local.

Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo, Valdivia, Región de Los Ríos. Créditos: Marcelo Cárcamo Vera
Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo, Valdivia, Región de Los Ríos. Créditos: Marcelo Cárcamo Vera

Obligaciones, beneficios y oportunidades de las ciudades escogidas

Si bien es un logro la probable obtención de la denominación de Valdivia como Ciudad Humedal, inmediatamente surgen preguntas vinculadas a las obligaciones, beneficios asociados, y las respectivas posibilidades. Así entonces, es relevante mencionar que las ciudades escogidas integran una Red de Ciudades Humedal, que se suscriben a un Plan Estratégico (2022-2028) que conlleva diversos objetivos, asociados a una comunicación eficaz entre miembros de la Red, y la cooperación e intercambio de información vinculada a políticas públicas, ciencia y prácticas ciudadanas orientadas a la correcta gestión de humedales.

En este contexto, la Secretaría de la Red de Ciudades Humedal coordinaría la correcta inserción de Valdivia como ciudad galardonada, procurando su conexión con otras ciudades, asesorándola en la emisión de comunicación, y asistiendo en la búsqueda de iniciativas de financiamientos internacionales para la conservación y gestión de sus humedales.

Para lograr los objetivos de la Acreditación de Ciudad Humedal de la Convención Ramsar, se requiere un programa de monitoreo y evaluación del cual depende la renovación (proceso que se realiza cada 6 años). Los enfoques de evaluación se asocian a la elaboración de informes y videos sobre las actividades relevantes para la Acreditación de Ciudad Humedal, y la producción de estudios de casos para distribución a otras ciudades acreditadas, garantizando que se compartan los conocimientos y las experiencias. 

Para dicho avance en la gestión de los humedales, por parte de la comunidad local se suele aludir a limitaciones presupuestaras. Al respecto, el senador Alfonso De Urresti señala que “El reconocimiento de Valdivia Ciudad Humedal nos debe comprometer a todos los actores del ámbito local, regional y nacional a poder disponer recursos. Creo que los fondos del Royalty, tanto en el ámbito municipal como regional debieran destinarse preferentemente para elevar los estándares de la ciudad y con eso corresponder al reconocimiento internacional de Ciudad Humedal”.

Fauna en humedales. Créditos: Mylthon Jiménez
Fauna en humedales. Créditos: Mylthon Jiménez

Experiencias internacionales y expectativas locales

La observación de las ciudades previamente galardonadas, nos da ciertas pistas de cómo debe operar una ciudad seleccionada. Tras su denominación en 2018, Colombo, capital de Sri Lanca (una isla del océano Índico), ha ejecutado un plan de trabajo que incluye la creación de espacios de recreación y actividad física en torno a los humedales, evaluando y promoviendo la mejora en los indicadores de salud física y mental de la población local. Han aumentado las pasarelas para permitir que todos los humedales sean caminables y cuenten con puntos específicos de basura, reduciendo la intrusión y los micro basurales ilegales. Se ha realizado la promoción y difusión de iniciativas de ciencia ciudadana y educación ambiental. Han incorporado infraestructura acotada (tuberías, bombas, sistemas de gestión del agua), en la promoción de los humedales como infraestructura verde para promover la resiliencia frente al cambio climático, en particular las inundaciones. Y, quizás lo más relevante, desde su nombramiento como Ciudad Humedal, Colombo ha mantenido la integridad de todos los humedales que están dentro de los límites administrativos de la ciudad.

Adicionalmente a ello, en la Ciudad Humedal Izumi (Japón) se ha trabajado a través de un plan de conservación y usos territoriales, el cual enfatiza la promoción de turismo (gastronomía local, avistamiento de aves simbólicas donde predomina una amplia diversidad de Grullas), y el correcto entendimiento e inclusión de la educación de humedales en la educación formal japonesa (a través de comics, semana de las aves de humedal, entre otros). Además, al ser las Grullas un ícono de la ciudad (símil al Cisne de cuello negro en Valdivia), son conscientes de la fragilidad de las especies frente a episodios de contaminación o dispersión de enfermedades. Es por ello que poseen un plan de trabajo junto a empresas y agricultores locales donde buscan la promoción de prácticas productivas sustentables y conscientes con el territorio, lo que se complementa con un monitoreo permanente de la calidad del hábitat para la protección de sus especies con distintos grados de amenaza.

Fauna en humedales. Créditos: Mylthon Jiménez
Fauna en humedales. Créditos: Mylthon Jiménez

Que las comunidades locales sean protagónicas en el trabajo asociado a la gestión de los humedales es un denominador común en las experiencias internacionales. En ese contexto, la alcaldesa de Valdivia Carla Amtmann desea “Continuar el trabajo en el “Comité comunal de humedales” como actor clave para la conservación, continuar con la aplicación de la ordenanza de humedales, y potenciar una mayor vinculación con actores locales (incluyendo internacionales). Estas son parte de las acciones que nos permitirán continuar y profundizar la protección de los humedales, algo que es nuestro compromiso”.

Este fortalecimiento de las comunidades locales, también es destacado por José Araya, dirigente ambiental local, el que menciona que “Valdivia Ciudad Humedal es un reconocimiento al esfuerzo ciudadano persistente. Esperamos con ello avanzar en el fortalecimiento institucional, así como en la capacidad de gestión comunitaria. Las políticas públicas deben reconocer el rol protagónico de la comunidad, que se llevado gran parte del trabajo asociado a la protección de los humedales. Ciudad Humedal también refuerza la identidad territorial y una economía consecuente con eso”.

El reconocimiento (y las presiones) del liderazgo

Carlos Contrerasel puente calle calle, Valdivia
Puente calle calle, Valdivia. Créditos: Carlos Contrerasel

Que Valdivia pueda ser escogida como Ciudad Humedal, siendo la primera en Latinoamérica, es un reconocimiento al inmenso trabajo que la comunidad local, comunidades educativas, la academia, parlamentarios, organizaciones no gubernamentales, y los gobiernos locales y regionales, han hecho por la ciudad y sus humedales. Es un reconocimiento a la valoración del territorio y a la identidad local forjada por todos quienes la habitan y la visitan, y es un reconocimiento a todas aquellas especies que perduran en el paisaje.

Sin embargo, este reconocimiento implica que los ojos del mundo estén sobre Valdivia, en un comienzo mirando la celebración, pero rápidamente eso se transformará a ver cómo afrontamos los tremendos desafíos ocultos: Debemos lidiar con la contaminación, los rellenos ilegales, los micro basurales, y la tala de bosque y vegetación ribereña. Esto nos convoca a seguir trabajando de manera incansable en aunar esfuerzos entre todos los actores, en busca de una planificación urbana que considere los humedales como infraestructura verde costo efectiva para los presupuestos locales, como una garantía de la disponibilidad de agua para el territorio, y como espacios de contemplación, recreación y educación, especialmente para las nuevas generaciones.    

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