Charla sobre fauna nativa alerta sobre la importancia de proteger nuestros ecosistemas naturales

¿Te perdiste nuestra cuarta y última charla del Ciclo Inspirados por la Naturaleza 2? Aquí te dejamos todos los detalles de un encuentro marcado por dos ONG que trabajan por la protección de la fauna y sus ecosistemas asociados. Aquí un resumen de la jornada.

Este miércoles 25 de octubre y frente a un auditorio de más de 180 personas, realizamos nuestra última charla del ciclo Inspirados por la Naturaleza 2017. La charla, realizada con el apoyo del Magíster de Arquitectura del Paisaje de la Universidad Católica MAPA-UC, estuvo enfocada en la fauna nativa y la importancia de protegerla.

Las expositoras: Claudia Silva de WCS y Liesbeth Van der Meer de Oceana
Las expositoras: Claudia Silva de WCS y Liesbeth Van der Meer de Oceana

La primera expositora de la noche fue Claudia Silva, coordinadora de offset y estrategias de conservación en la ONG WCS, quien se enfocó en dos principales especies de la Patagonia chilena: el guanaco, mamífero nativo de Sudamérica y el castor, una especie introducida capaz de alterar su entorno natural afectando los ecosistemas y por ende la flora y fauna que en ellos habitan. Para comenzar, la expositora recalcó que este territorio es binacional (Chile y Argentina) por lo que todas las medidas deben ser trabajadas entre las dos naciones o sino no ocurrirán los resultados esperados.

Silva, destacó la problemática que hoy viven los guanacos en Tierra del Fuego. Se trata de una especie que logró rehabilitarse luego que sus poblaciones se redujeran considerablemente en la zona a mediados del siglo pasado.  Eso sí, recalcó que los estancieros locales opinan que hay una sobrepoblación de guanacos, lo que ha llevado a que tengan una visión negativa de la especie en el lugar, ya que éstos compiten con el ganado (ovejas) por alimento y territorio. Otras de las amenazas que vive esta especie es la caza y la construcción de caminos.

Algunas de las propuestas de WCS van por el camino de regular y certificar a los estancieros y que cumplan una producción amigable con la fauna silvestre. WCS los capacita y se les otorga el certificado de otra organización, conocida como: Wildlife Friendly.

El otro caso que presentó Claudia fue sobre el castor, un “ingeniero ecosistémico”, capaz de alterar su entorno natural. Esta especie fue introducida en 1946. Fueron 26 las parejas traídas por autoridades argentinas para la industria de pieles en Tierra del Fuego. La industria peletera nunca despegó, pero sí lo hizo la especie ya que en la zona encontró un entorno favorable, lleno de recursos y sin depredadores naturales, generando grandes daños. Para 1999 se estimaba que ya habían 100 mil castores en el lado chileno de Tierra del Fuego.

En los años 80 se declaró al castor como una especie dañina e invasora que afectaba a los ecosistemas y por ende a la vida en ellos, incluidas las especies nativas. Entre las medidas que se han aplicado, está la del SAG donde entregó trampas a los lugareños en un intento por controlar la situación. Desde los años 2000 en adelante, se confirmó que el castor cruzó el Estrecho de Magallanes hacia el continente  donde no ha podido expandirse tan rápidamente. Se cree que los pumas u otros mamíferos podrían estar jugando un rol en esto. Hasta el día de hoy el problema no está resuelto y al no estar afectándose directamente una actividad productiva, la problemática no ha tenido la prioridad que se requiere.

WCS, en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente y la FAO, se encuentran trabajando en una iniciativa piloto para abordar el problema del castor y restaurar los ecosistemas australes a largo plazo. Esto se está desarrollando de manera coordinada con Argentina, que también está implementando planes piloto.

La segunda expositora de la tarde fue Liesbeth Van der Meer, quien destacó la importancia de dar a conocer los ecosistemas marinos y las especies que en ellos habitan, ya que en su experiencia como Directora Ejecutiva de la ONG Oceana, el apoyo ciudadano ha jugado un importante rol en la protección de nuestros mares y costas.

Destacó la iniciativa de Juan Fernández y cómo los mismos pescadores fueron quienes que impulsaron la creación de un área marina protegida en sus aguas, llevando a cabo estrategias de pesca sustentables por iniciativa propia.

Liesbeth señaló que Chile lleva la vanguardia en áreas marinas protegidas con un total de 1.013.000 millones de km2 ya anunciados. Sin embargo la gran mayoría de esta superficie corresponde a las aguas de islas oceánicas, y que en las zonas costeras continentales estamos al debe siendo que albergan ecosistemas muy diversos.

Anunció que Chile cuenta con una mayor oportunidad de tener un mar productivo debido a la corriente de humboldt, sin embargo para ello es necesario generar herramientas y programas de manejo sustentable de las pesquerías.

De manera interactiva presentó la teoría que explica el problema  que hoy vivimos, se debe a que durante muchos años solo se ha pescado las especies grandes quedando disponibles las de forraje, o peces más pequeños, que sirven de alimento para las especies más grandes, convirtiéndose esto en un gran problema para los ecosistemas marinos. Destacó que la vida en el océano es una cadena trófica «si no existe uno, no existe el otro. En el mar nada ocurre solo, todos dependen de todos», dijo.

Manifestó que desde los 80′ comienza el colapso de las pesquerías y la sobreexplotación de especies en donde de las 25 pesquerías más importantes de Chile: 8 ya alcanzaron su plena explotación, 5 están sobreexplotadas y 9 están agotadas o colapsadas.

Liesbeth además destacó la alta biodiversidad marina de la cuarta región de Chile, donde han trabajado durante mucho tiempo en investigar y potenciar esta zona que es el hogar del 80% de la población del pingüino de humboldt en el mundo.

 

Al finalizar los asistentes a la charla pudieron conversar con las expositores y tomar una rica Cerveza Guayacán.