A unos 60 kilómetros al norte del pueblo de San Pedro de Atacama (Región de Antofagasta), en lo más profundo de un cañón en medio del desierto de Atacama, a 4.200 metros de altura, nos encontramos con la Reserva de Conservación Puritama, administrada por Explora. Está inmersa en una ecorregión única en el mundo, donde lo árido converge con la humedad del río Puritama y sus características termas.

La reserva consta de siete mil hectáreas, habitadas por más de 170 especies de flora y fauna nativa. Es en esta zona, donde, desde 2010, se desarrolla un proyecto de monitoreo de especies, sobre todo con foco en el gato andino, el famoso “fantasma de Los Andes”. Además, se han realizado múltiples esfuerzos en materia de conservación, enfocados en fauna, flora y arqueología, entre otras cosas.

Conociendo la Reserva de Conservación Puritama: fauna y flora diversa

La primera reacción de aquellos que visitan la reserva es de sorpresa, al encontrarse con este oasis de aguas calientes en medio del desierto que, además, alberga una cantidad impresionante de vida en condiciones extremas. 

«Uno de repente va en el auto manejando por un desierto, que prácticamente no tiene límite, y llega a este cañón, donde se ve este río de aguas termales, con colas de zorro que cuelgan hacia el interior de estas piscinas, y con fauna que solamente se encuentra en lugares superacotados dentro de la zona, dentro de Chile incluso», relata Nicolás Vial, gerente de Reservas de Conservación de Explora.

Reserva de Conservación Puritama: Más allá de sus termas, una maravilla de la biósfera
Créditos: Explora

La reserva, ubicada entre los 3.700 y los 4.200 metros de altura sobre el nivel del mar, se caracteriza por sus condiciones hostiles, tales como: la escasa disponibilidad de oxígeno, exceso de radiación solar, clima marginal de altura, baja humedad relativa, gran amplitud térmica entre el día y la noche, fuertes vientos, lluvias tropicales, y topografía heterogénea

Sin embargo, son precisamente estas condiciones las que terminan por convertirse en una ventaja biológica, dando vida a muchas especies de la región andina.

«En la reserva hay 83 especies de flora nativa, 38 especies de invertebrados, 32 especies de aves, y 21 especies de mamíferos. Además de toda la biodiversidad, hay muchos sitios arqueológicos dentro de la reserva, que se calcula que fueron habitados hace 12.000 años antes del presente. Entonces, hay mucha historia», afirma Romina Da Pieve, subgerente de Reservas de Conservación en Explora. 

En este sentido, en un mismo cañón, dependiendo de la dirección de exposición de un cerro, se pueden encontrar distintos tipos de flora. Por ejemplo, en las laderas que están más expuestas al norte (en el hemisferio sur), es más probable que se desarrollen diferentes especies de cactus, ya que estas suelen ser más secas debido a la gran radiación que reciben, siendo así espacios propicios para el desarrollo de este tipo de flora. 

Asimismo, además de los cactus, existen otras plantas que han logrado adaptarse a este entorno. Algunas de ellas tienen hojas más pequeñas y una estructura modificada, con el fin de reducir la pérdida de agua, mientras que otras carecen por completo de ellas, o son reemplazadas por espinas

Reserva de Conservación Puritama: Más allá de sus termas, una maravilla de la biósfera
Créditos: Explora
Reserva de Conservación Puritama: Más allá de sus termas, una maravilla de la biósfera
Créditos: Explora

Entre la amplia variedad de vegetación de la zona, se destaca el cardón (Echinopsis atacamensis), cactácea que impresiona por su gran tamaño, llegando a medir hasta 6 metros de altura, y la llareta (Azorella compacta), planta que es usada de forma ceremonial y medicinal. También se encuentran presentes diversas especies de tola (Parastrephia quadrangularis) y gramíneas (Poáceas), las que sirven de forraje para la fauna de herbívoros.

Por otro lado, en lo que respecta a la fauna, en la reserva hay una gran diversidad de especies que también han logrado adaptarse a estas condiciones de gran temperatura y sequía. Un ejemplo de esto son las aves presentes en la zona, tanto diurnas como nocturnas. Según los últimos estudios realizados, son alrededor de 32 especies, de 10 órdenes y 15 familias distintas, siendo el orden de los passeriformes (pájaros cantores) y el de los furnariidae (como la bandurrilla común o el tijeral andino) los más representados

En la reserva también se han detectado diferentes especies de anfibios y reptiles, sobre todo cerca del río y de los pozones de aguas calientes, así como nuevas especies de artrópodos. «Aparecieron cuatro especies nuevas de artrópodos para la ciencia, las que, como son nuevas, no están descritas (…). Por ejemplo, había una araña pollito y una libélula que, de acuerdo con Alfredo Ugarte, entomólogo, no estaban descritas», señala Agustín Iriarte, biólogo con mención en Ecología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, a quien Explora encargó realizar en 2009 el estudio base de la zona, junto con otros 11 especialistas. 

Reserva de Conservación Puritama: Más allá de sus termas, una maravilla de la biósfera
Créditos: Nicolás Lagos

Es así como, al observar detalladamente en los rincones de la reserva, es posible encontrar a la lagartija de Fox (Liolaemus foxi), a la de Puritama (Liolaemus puritamensis), al sapo espinoso (Rhinella spinulosa), o a la rara rana de Vilama (Telmatobius vilamensis).

Del mismo modo, es posible avistar varios tipos distintos de mamíferos. Hay muchas especies de roedores, como es el caso de la vizcacha (Lagidium viscacia), así como de animales emblemáticos de la región, como lo son los guanacos (Lama guanicoe), el zorro culpeo (Lycalopex culpaeus) y la vicuña (Vicugna vicugna). 

Sin embargo, no solo habitan esta zona animales pequeños y herbívoros, sino que también es el hogar del puma (Puma concolor), del gato colocolo (Leopardus colocolo), y del gato andino (Leopardus jacobita), los cuales son considerados como “felinos sagrados” por las comunidades locales. El gato andino, en particular, de acuerdo con Nicolás Lagos, especialista en felinos silvestres chilenos, es un animal muy importante para la cultura andina, ya que está relacionado con la llegada del agua en el altiplano. En este sentido, existe un mito que es conocido en la zona que se llama el mito del Qhoa, donde se menciona a un felino que trae las lluvias consigo. 

Reserva de Conservación Puritama: Más allá de sus termas, una maravilla de la biósfera
Créditos: Nicolás Lagos

Lamentablemente, pese a que el gato andino es un animal sagrado, se encuentra extremadamente amenazado. «Esto se debe a que es una especie especializada, vive en ciertos tipos de ambiente, los que son únicos, por lo que no es capaz de adaptarse a vivir en otros lugares. Entonces, si tú le destruyes su ambiente, no es capaz de sobrevivir. Justamente, estos tipos de ambientes donde habita el gato andino son los que nosotros los humanos hemos buscado para situarnos, poner nuestros campos de cultivo, tener nuestro ganado, y desarrollar actividades productivas. Yo diría que hoy en día las principales amenazas son estas actividades productivas a gran escala, como la minería en la cordillera, en el norte de Chile, por el uso, la destrucción, la generación de caminos, y la extracción del agua», explica Lagos.

A raíz de esto, no solo se protege a esta especie mediante el cuidado de su hábitat en la reserva, sino que también mediante programas de conservación. «Llevamos aproximadamente 14 años con un monitoreo de carnívoros. Nosotros tenemos una red de 27 cámaras trampas activas adentro de la reserva, mediante las cuales vemos qué animales hay. Nuestro principal objeto de conservación es el gato andino, ya que hay aproximadamente 1.400 gatos andinos en el mundo», comenta Da Pieve.

Un legado cultural 

La significancia de los felinos, en especial del gato andino, para las culturas ancestrales locales, es solo una parte de toda la cultura que rodea a la Reserva de Conservación Puritama. Es en los restos arqueológicos donde es posible tener un acercamiento más profundo a los antiguos habitantes del lugar.

«Es un lugar donde hay restos arqueológicos por todas partes, y, de hecho, hay restos de asentamientos al interior de la reserva. Uno camina y ve restos de aldeas, de lugares donde se tenía ganado, y de distintas edades. Es un sitio por donde han pasado muchas generaciones, y que han ido dejando distintos legados», relata Vial. 

La historia arqueológica que rodea a la localidad se remonta hace 12.000 años, aunque los vestigios de la instalación de diversos grupos nómades datan de hace 6.000 años antes del presente. En la actualidad, estos grupos fueron identificados como atacameños

«Existían aldeas en las quebradas de San Pedro de Atacama, del río Loa, y en los oasis cercanos al Salar de Atacama. Sus pobladores comenzaron a desarrollar prácticas agrícolas», se menciona en el texto Atacameño: serie introducción histórica y relatos de los pueblos originarios de Chile.

De estas actividades quedaron los restos de una ciudadela, así como los dibujos en las rocas de guanacos y vicuñas: los petroglifos

En cuanto a la artesanía presente, se cree que tiene su origen en el Cusco (Perú), debido a la calidad de su manufactura. Esto tiene sentido si se considera que los atacameños fueron una etnia prehispánica que tuvo fuertes influencias de importantes culturas, como la Tiwanaku y la Inca

En cuanto a la investigación de estos restos, Iriarte comenta que existe la idea de llevar a cabo un estudio de sitio y un museo en la reserva, aunque aún no existen planes para concretar su ejecución. 

Visitar la Reserva de Conservación Puritama

Puritama se encuentra a 30 kilómetros al norte de San Pedro de Atacama por la ruta B-245, así como a 6 kilómetros al norte de Guatin. Se puede llegar a través de un tour o en un vehículo particular.

Al llegar a la reserva, el visitante puede desenvolverse en las zonas habilitadas: aquellas que son para explorar y las que son enfocadas en el turismo. Por ejemplo, una actividad típica, y más aventurera, es el senderismo, la cual puede hacerse mediante diferentes tours guiados que siguen el curso del río. Por otra parte, es posible hospedarse en el lodge que está en San Pedro de Atacama, ver las estrellas en el observatorio Explora, disfrutar de la gastronomía de la zona, así como de los 8 pozones de aguas termales que se encuentran en medio de un cañón, rodeado de vegetación autóctona.

Reserva de Conservación Puritama: Más allá de sus termas, una maravilla de la biósfera
Créditos: Explora
Reserva de Conservación Puritama: Más allá de sus termas, una maravilla de la biósfera
Créditos: Explora

«En la reserva no solo se trabaja para cuidar la biodiversidad, que es enorme, sino que además para ser un espacio educativo, de vínculo comunitario, y de transformación para las personas. Nosotros creemos mucho en que, en la conservación, las personas tienen que tener un rol. No creemos en una conservación aislada, en donde se protege el lugar y se limita el acceso, sino que, con muchísimo cuidado y midiendo la capacidad de carga, buscamos dar acceso a las personas», comenta Romina Da Pieve.

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