Orthotrichum camanchacanum es el nombre de la especie de musgo que fue descubierta en Coquimbo y recientemente descrita en un estudio publicado en PhytoKeys. Gracias al trabajo de este grupo de expertos, se logró obtener un análisis muy completo de la especie, elevando así a once el número total de taxones de Orthotrichum en nuestro país.

La nueva especie fue bautizada en honor al término “camanchaca”, derivado de la lengua nativa aymara, que significa nube marina (niebla). Esto debido a la condición climática en la que crece, la que le permitió desarrollar caracteres morfológicos que la distinguen de las otras especies.

En esta línea, su característica más notable es la forma de las hojas del tallo, las que son lineales-lanceoladas, es decir, de base más ancha y de punta estrecha y afilada. Las otras especies del mismo género usualmente tienen hojas ovado-lanceoladas (entre forma de huevo y punta de lanza) con ápices más cortos.

El hallazgo de esta nueva especie se dio durante la realización de un estudio brioflorístico en 2021, cuando se recolectaron muestras de un ejemplar, las que posteriormente fueron enviadas a la Universidad de Ostrava para su identificación.

«Se tiende a creer que todo está ya descubierto, pero en Chile se siguen descubriendo nuevas especies. Además, sorprende la similitud entre el norte y el sur. Hay plantas que uno pensaría que solo son del sur porque tienen una condición muy diferente, pero lo cierto es que hace miles de años, atrás cuando ocurrieron las glaciaciones, se generaron cambios climáticos que modificaron la distribución de las plantas, provocando cambios como el desplazamiento de especies del sur hacia el norte», indicó Felipe Osorio, estudiante de Doctorado en Ecosistemas Forestales & RRNN de la Universidad Austral de Chile, uno de los autores del estudio.

El espécimen en cuestión fue descubierto en el macizo montañoso de los Andes en la región de Coquimbo, notable por sus condiciones ambientales únicas: clima estepario con precipitaciones más intensas en el invierno. Por esta razón, el hábitat de este musgo es muy delimitado, por lo que, si la zona se ve afectada, la sobrevivencia de la especie podría encontrarse amenazada.

«El área donde crece este musgo está siendo cada vez más ocupada y devastada por efectos antrópicos, como lo es la expansión urbana, criadero de caprino y también por degradación y desertificación del hábitat», explica Osorio.

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