Se extiende por amplias pendientes, laderas y sitios eriazos. Pinta de un vistoso amarillo los extensos prados de nuestro país. Sin embargo, a pesar del bonito espectáculo que ofrece durante los meses de primavera y su amplia extensión por el terreno nacional, esta flor es una especie introducida en Chile.

Cuando hablamos del yuyo nos estamos refiriendo a una hierba anual o bienal con flores amarillo-doradas, que pertenece a la especie Brassica rapa.

yuyo flor amarilla.
Créditos: Shutterstock.

La Brassica rapa se encuentra presente en casi todo el territorio nacional, específicamente en 14 de las 16 regiones de Chile (Arica y Parinacota, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule, Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes), según el Catálogo de las plantas vasculares de Chile.

De acuerdo con Eduardo Fuentes, Doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Laboratorio de invasiones Biológicas (LIB) del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), lo que conocemos como yuyo corresponde a la Brassica rapa subsp. oleifera. Esta subespecie tiene la capacidad de habitar en distintos ecosistemas tanto urbanos, como de bosque nativo y es considerada una “especie ruderal”.

Las especies ruderales son capaces de colonizar y prosperar en ecosistemas altamente perturbados (como sitios eriazos, sitios cultivados abandonados, basurales, etcétera), donde los suelos son pobres de nutrientes.

flor yuyo.
Créditos: El medi natural del Bages i del Moianès.

La Brassica rapa proviene de Eurasia y se tiene registro de su presencia en nuestro país en el año 1843, pero no hay registros del motivo de introducción.

Su rápida reproducción y expansión se explica por varios factores. “Suele tener una semilla muy pequeña que puede alcanzar un milímetro. Generalmente son circulares y al ser tan pequeñas, la propagación se facilita, principalmente por el viento (…), tiene una rápida tasa de crecimiento, ya a los dos años produce muchas semillas, por lo tanto, comienza a invadir rápidamente”, comenta Fuentes.

Tiene la capacidad de crecer muy velozmente, en suelos muy degradados o abandonados, además de infestar zonas de cultivos, por lo que se considera una maleza. En zonas más perturbadas, el movimiento de tierra y áridos, ya sea por personas o vehículos, ayuda a mover y diseminar sus semillas.

Sin embargo, a pesar de que es una especie exótica que no tiene ningún valor ecosistémico, esta planta no es considerada invasora, es decir, no impacta ni altera los ecosistemas de nuestro país. “No existen estudios donde se vea que genera algún impacto en la flora. A lo más se podría generar un impacto por competencia de polinizadores. Lo que sí, al ser una maleza, conlleva que se aplique herbicida para su eliminación, lo que contamina los suelos. Ese es el impacto más medible que se tiene”, comenta Fuentes.

yuyo flor amarilla.
Créditos: Ryan Yue Wah Chan

A pesar de que el yuyo (Brassica rapa subsp. oleifera) es meramente considerado una maleza, otras subespecies de Brassica rapa pueden tener grandes valores económicos. Por ejemplo, la variedad Brassica rapa subsp. rapa se cultiva en Chile y se utiliza como forraje.  “Muchas de las subespecies se pueden comer o se utilizan para la producción de aceite vegetal. Además se ha determinado que tienen propiedades medicinales como por ejemplo tratar la diabetes, entre otras cosas”, comenta Fuentes.

De acuerdo con el libro “Plantas silvestres comestibles y medicinales de Chile y otras partes del mundo”, antes de que florezca se pueden cortar sus tallos para crear ensalada o cortar sus hojas nuevas para usar en preparaciones como tortillas y porotos con riendas.

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