El martín pescador (Megaceryle torquata), también conocido como martín gigante neotropical o martín pescador de collar, es una especie de ave coraciiforme de la familia Cerylidae que habita gran parte de Sudamérica y América Central, llegando por el norte hasta México y el sudeste de Estados Unidos. En Chile podemos encontrarlo desde la Región del Biobío hasta Tierra del Fuego, posado siempre cerca de algún río, lago o algún cuerpo de agua.

Martín pescador macho ©Evelyn Pfeiffer
Martín pescador macho (Megaceryle torquata) ©Evelyn Pfeiffer

“Su distribución siempre está limitada por la disponibilidad de sus sitios de reproducción, y eso es importante porque suele nidificar en los bordes de los ríos, lagos o lagunas, que ofrecen un sustrato de tierra que le permita a ellos generar cavidades y construir un nido para poner sus huevos dentro. El nido puede llegar a medir 3 metros, en Patagonia se han encontrado con ese tamaño” agrega Heraldo Norambuena, doctor en Sistemática y Biodiversidad de la universidad de Concepción, investigador del Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás y co-editor del “Atlas de las Aves Nidificantes de Chile” (2018).

Es la especie de martines pescadores más grande de América, midiendo entre 43 a 45 cm. Su cuerpo es de aspecto robusto y posee un prominente pico que ocupa gran parte de su cuerpo, el cual usa para pescar. Es una especie carismática y confiada, no tiene temor a mostrarse y posee un grito de alerta estridente que impacta a quienes no conocen su canto.

Sus colores vivos y su singular apariencia lo hacen inconfundible a simple vista. Su cabeza –que tiene un copete bien marcado- y su dorso son de un fuerte azul grisáceo, mientras su pecho es pardo y tiene un collar blanco alrededor de su cuello. Hembra y macho son similares, no obstante, existe un rasgo entre ambos sexos que los hace diferenciables, el macho tiene su pecho pardo casi completo, mientras que la hembra mantiene una franja azul grisáceo en la parte superior que se separa del pardo por una delgada banda blanca.

Martín pescador macho (Megaceryle torquata) ©Evelyn Pfeiffer
Martín pescador hembra (Megaceryle torquata) ©Evelyn Pfeiffer

Por otro lado, no se ha estudiado la evolución de la coloración de esta especie, por lo que no se sabe porque desarrollo estos vivos colores en particular. Así lo señala el Dr. Heraldo Norambuena, “No se ha estudiado la evolución de la coloración en este grupo en particular, recién se publicó en 2019 la filogenia completa, entonces aún no hay un estudio que diga cuales son las razones de su color, pero si hay una marcada diferencia entre los sexos, la única diferencia morfológica importante, es la presencia o no de una línea blanca que separa el azul y el rojo, si tiene esa línea blanca es hembra y si no la tiene es macho. Además, la proporción de blanco y de azul en el pecho va a variar de individuo en individuo, entonces ahí hay algunos patrones que son propios del individuo que podrían ser útiles para identificación individual”.

A menudo suele verse solo o en parejas. Generalmente, se posa sobre ramas de árboles, cables, puentes o rocas ubicados a orillas de ríos, lagunas y lagos, pero no menosprecia el agua salada de zonas marinas como estuarios, canales y bahías de aguas marinas.

Martín pescador hembra ©Evelyn Pfeiffer
Martín pescador hembra (Megaceryle torquata) ©Evelyn Pfeiffer

Un habitante prehistórico de los ríos y lagos de Sudámerica

Megaceryle torquata es una de las cuatro especies de un género que se conoce como Megaceryles, que son los martines pescadores grandes. Este género tiene representantes en América, en África y en Asia, y son conocidos en todo el mundo por su particular apariencia y sus brillantes colores, no obstante, se tiene muy poca información sobre su biología y formas de reproducción.

No fue hasta hace muy poco, en 2019, que se publicó la primera filogenia completa del orden Coraciiformes, que es el orden que abarca la familia del martín pescador. Si bien siguen habiendo muchos desconocimientos, lo interesante de esta filogenia es que da cuenta del origen que habría tenido este orden, y también, la familia de esta ave pescadora.

“El orden Coraciiformes, que incluye a otras especies como el abejaruco (Merops apiaster), que es un ave típica de Europa, o los motmot de Sudamérica, habría tenido su origen en Eurasia hace más de 60 millones de años atrás, y la familia de los martines pescadores, que se conoce como Alcedines, habría tenido su origen en Asia, y desde aquí algunos eventos de colonización hacia África y posteriormente hacia América habrían generado la formación de este género que es el megaceryles”, señala el doctor en Sistemática y Biodiversidad.

Hembra martín pescador ©Evelyn Pfeiffer
Hembra martín pescador (Megaceryle torquata) ©Evelyn Pfeiffer

El martín pescador, por consiguiente, tendría un origen mucho más reciente, pero que no deja de ser antiguo.  “Dataría aproximadamente desde fines del Mioceno y principios del Plioceno, estamos hablando de hace más de 5 millones de años atrás, es una especie bastante antigua. Y eso es interesante porque antes de que estuviera Chile como lo conocemos hoy, ya habían martines pescadores dando vueltas en Sudamérica” continua Heraldo Norambuena.

El martín pescador, por consiguiente, es un ave muy antigua que habita este territorio desde mucho antes que llegaran los primeros seres humanos. Todo un animal prehistórico.

Conducta y reproducción

El martín pescador tiene hábitos principalmente diurnos y solitarios. Las interacciones con otros individuos se dan principalmente en la época reproductiva  – entre noviembre y diciembre – donde las parejas se instalan en barracas de tierra a orillas de los ríos, lagos o cuerpos de agua, y construyen un túnel que puede llegar a medir hasta tres metros de profundidad. No se sabe a ciencia exacta como es que hacen este nido, pero se presume que lo hacen utilizando su prominente pico para excavar.

Allí ponen sus huevos, directamente sobre el terreno, sin que haya un nido propiamente tal. La postura puede ser de 3 a 6 huevos, brillantes y de cascara frágil. Para construir el nido y en la tarea de incubación, macho y hembra colaboran. Los martines pescadores, además, realizan dos puestas al año, y en muchos casos, reutilizan el mismo nido.

Martín pescador macho ©Evelyn Pfeiffer
Martín pescador macho ©Evelyn Pfeiffer

El martin pescador, como su nombre lo dice, es un pescador por excelencia. Es piscívoro, es decir, se alimenta principalmente de peces que se encuentren nadando cerca de la superficie. Sin embargo, también se alimenta de crustáceos e insectos acuáticos, y cuando la turbidez del agua no le permite pescar, su dieta llega a incluir ranas, insectos, reptiles y mamíferos pequeños.

Tiene una forma muy particular de cazar que llama bastante la atención, y es que desde su percha observa expectante el movimiento del agua, mientras mueve simultáneamente la cola y la cabeza, y una vez que detecta a su presa, se zambulle en el agua tan rápidamente que para esta última es casi imposible escapar.

Tiene la costumbre de golpear a su presa contra la superficie en la que se posa. Cuando captura un pez, vuelve a la rama en que estaba posado y lo golpea hasta matarlo, para luego tragarlo entero comenzando por su cabeza.

“Como cualquier depredador tope, esta especie tiene un rol de controlador biológico sobre sus presas, y va a ayudar a tener poblaciones de peces más sanos. Además, también tiene un rol importante respecto al turismo. Es una especie carismática, por lo tanto, atrae la atención de las personas interesadas en las aves. De hecho, es una de las especies que los turistas de observación de aves más vienen a ver al país, porque a pesar de que está distribuido en todo Sudamérica, hay zonas donde es más difícil ver. Así mismo, suele llamar mucho la atención por las técnicas de caza que tiene”, indica el Dr. Heraldo Norambuena.

Martín pescador hembra ©Evelyn Pfeiffer
Martín pescador hembra ©Evelyn Pfeiffer

Amenazas y Estado de Conservación

La principal amenaza del martin pescador, como nos señala Heraldo Norambuena, es el desconocimiento sobre su biología, porque hasta el momento, lo único que sabe con certeza respecto a esta especie es su distribución geográfica, pero aun falta mucha información respecto a su reproducción y sobre sus amenazas.

“Se presume que cualquier impacto que haya sobre los ríos o lagunas podría destruir los sitios donde ellos se reproducen, lo podría generar un impacto en su tamaño poblacional, pero no hay estudios a la fecha que nos permitan decir a ciencia cierta cuál es el impacto. Por ejemplo, el impacto de las presencia de centrales hidroeléctricas en algunos ríos sobre las poblaciones de martines pescadores que lo habitan, o si la contaminación en las partes altas de la cuenca están generando alguna afectación. Se cree que la minería podría estar generando algún impacto porque produce mucha contaminación , pero es una tarea pendiente” señala el investigador  del Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás.

Martín pescador hembra ©Gabriela Contreras
Martín pescador hembra ©Gabriela Contreras

Esta especie está clasificada como « Preocupación Menor » (LC) por la UICN. Esto debido a su amplia distribución geográfica que abarca gran parte del continente americano, a excepción de las zonas áridas, tales como la estepa patagónica y la parte norte de la cordillera. Esto quiere decir que esta especie tiene  una densidad poblacional suficiente para considerarse como fuera de peligro de extinción, sin embargo, esto podría ser engañoso.

Como señala el Dr. Heraldo Norambuena: “Lo que determina la categoría de conservación es el tamaño de su distribución geográfica, si hay alguna estimación de las amenazas y si hay un seguimiento del decrecimiento de su densidad poblacional. Y como esta especie tiene una amplia distribución y tiene una estimación de 20 millones de individuos maduros en todo el continente, entonces no califica para estar en categoría de conservación. Sin embargo, yo siempre dudo de estas estimaciones porque muchas veces, como en este caso,  no existen los datos suficientes. Entonces tiene que ver más con un tema de percepción”.

“Es una especie súper antigua que esta antes que los primeros humanos y de la que necesitamos saber mucho más porque, a pesar de que es una especie grande y súper conocida por todos -todos sabemos lo que es un martín pescador- , la información respecto a su biología es súper escaza. La mayoría de la literatura es muy antigua y no hay información reciente. Entonces vale la pena estudiar esta especie para poder cuidarla”, finaliza el investigador.

Infografía Ladera Sur – Amelia Ortúzar
Infografía Ladera Sur – Amelia Ortúzar
Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...