Hay una fotografía que ya se está haciendo cada vez más común en distintas ciudades de Chile. En ella, tomada desde algún punto más alto, lo que pareciera ser una neblina gris es sinónimo de una sola cosa: la contaminación atmosférica en la ciudad. Ese smog ya está, lamentablemente, incorporado en el vocabulario de muchos y no es extraño repetir, por ejemplo, que es algo común.

Según el Informe Mundial de Calidad del Aire 2022, elaborado por la empresa suiza de tecnología de calidad del aire AQAir AirVisual, Chile es el segundo país en Sudamérica con los mayores índices de contaminación atmosférica en sus ciudades, después de Perú. Es más, de las 15 localidades más contaminadas de la región, diez son chilenas. Esta medición considera data histórica entre 2017 y 2022.

Entre ellas, en orden, se considera a la comuna de Quilpué (Región de Valparaíso) como la más contaminada del país, seguida de Coyhaique (Aysén), Padre Las Casas (La Araucanía), la comuna de Villa Alemana (Valparaíso), Traiguén (La Araucanía), Llayllay, El Bosque, Providencia, La Reina y Talagante (Metropolitana). A esa lista le siguen lugares como las ya conocidas Temuco (La Araucanía) o la comuna de Santiago (Región Metropolitana).

Estos datos también son relevantes a considerar teniendo en cuenta factores de salud. Por ejemplo, actualmente, en Chile se decidió que la comunidad escolar (mayor a 5 años) volviera al uso de mascarillas por el aumento de enfermedades respiratorias en niños. En una nota de la Clínica Santa María, se explica que la contaminación ambiental tiene una serie de repercusiones inmediatas y crónicas en las personas. De hecho, después de varios días de alerta o preemergencia ambiental aumentan las consultas respiratorias en niños y adultos, por infecciones virales o exacerbaciones de enfermedades pulmonares crónicas. Esto, producto de los químicos del aire, como el dióxido de azufre o el monóxido de carbono, que provocan irritación en las vías respiratorias, las predisponen a infecciones y también agravan ciertas enfermedades crónicas, entre otras causas.

En diciembre de 2020, el Centro de Ciencia Del Clima y la Resiliencia publicó su cuarto Informe sobre la calidad del aire en Chile, en el reveló que la contaminación del aire por MP2,5 (material particulado) mata a 4.000 personas por año. El documento se titula “El aire que respiramos: Contaminación atmosférica por MP2,5 en el centro y sur de Chile” y analiza las causas, los impactos y las soluciones para reducir este contaminante que afecta la salud de miles de personas.

Vista panorámica desde el Cinchao, Coyhaique.
Vista panorámica desde el Cinchao, Coyhaique.

¿Qué tiene Chile pendiente?

Alex Godoy, Director Centro Sustentabilidad UDD, visiting scholar Harvard University mencionó que las razones de este problema son variadas: «Lamentablemente, los episodios de contaminación ambiental o atmosférica, en vez de traducirse en una discusión técnica de cómo abordarla, ha pasado a ser ideológicas, usando términos como causas de muerte, amenaza, gente que va a morir. La contaminación atmosférica ha existido siempre, hemos batallado contra lo que se llama planes de descontaminación que lamentablemente demuestran que o no han resultado, o no han tenido el impacto que se espera de ellos. Eso puede tener un sin número de causas, fallas técnicas, cambio demográfico, mayor uso del auto. La contaminación atmosférica depende de fuentes fijas y fuentes móviles. La fuentes móviles son vehículos los cuales en el fondo ha crecido en el parking automotriz, mientras que la fuentes fijas son las chimeneas de las industrias. ¿Cómo hemos ido abordado el crecimiento? ¿Cómo hemos abordado el desincentivo del uso del vehículo? ¿El recambio tecnológico a fuentes que no utilicen combustibles fósiles, que al final son agente de contaminación?».

Con respecto a la situación de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, gobernador, aseguró: «La verdad es que Santiago tiene un plan de descontaminación que se llama “Santiago Respira”, lo aprobamos en 2017 y tenía una duración de 10 años, que es un plan bastante completo que comprende restricciones no solamente a vehículos, renovación y transformación del parque automotriz, promoción de la electromovilidad, prohibición de la calefacción a leña y el reemplazo por calefactores de última generación, incentivos para la industria y un plan importante de reforestación. En fin, es un plan bastante completo. El problema, es que hoy en día no existe ninguna autoridad que esté a cargo de este programa, en hechos reales. De facto le correspondería a la delegada presidencial, pero es un desastre, porque allá ya no tiene recursos, un peso, y además no entiende que este un problema de ellos, está preocupada de la seguridad y la emergencia, pero no de esto. Entonces no hay difusión, no hay fiscalización, no hay inversión y me atrevería a decir que no hay responsables«.

«Nosotros como gobierno regional, estamos invirtiendo más en proyectos ambientales como residuos, conservación a la biodiversidad, plan de acción climática, plan de conservación de la biodiversidad, reducción de microbasurales, reforestación con una inversión cercana a 20.000 millones de peso, que es más de lo tiene la Subsecretaría del Ministerio de Medio Ambiente para todo Chile y toda la estrategia ética para Santiago. Sin embargo, no tenemos la atribución de fiscalizar el plan de descontaminación de Santiago, entonces no hay sentido y un problema grave de diseño institucional. Yo siempre he dicho, que el camino al infierno está pavimentado de buenos planes. Uno de ellos, el plan de descontaminación de Santiago, pero como nadie los fiscaliza, honestamente, creo que está siendo letra muerta».

Marcelo Mena, ex ministro de medioambiente mencionó que «el problema que hay con el tema de la contaminación es que cuando los gobiernos dejan de priorizarlo, deja de ser tema (…). Los últimos Gobiernos han dejado de priorizar en este tema y, por tanto, la visibilidad que tenían las preemergencias ambientales bajó radicalmente y eso ha provocado el hecho de que casi la mitad los días de invierno sean insalubres en las ciudades del centro sur de Chile».

“Hasta el día de hoy, siempre han existido los planes de contaminación y creo que ha llegado la hora de tener una mayor innovación, innovación que ya no pasa por algo regulatorio o por cómo hacíamos las cosas, si vamos a seguir atacando la contaminación atmosférica con los mismos instrumentos que hemos realizado siempre, no esperemos que estas se reduzcan en el tiempo y no esperemos que estos resultados mejoren”, mencionó Alex Godoy.

Al igual que Alex Godoy, Director Centro Sustentabilidad UDD, el ex ministro afirma que corresponde hacer un nuevo plan de descontaminación que permita profundizar en las medidas «la norma de material particulado está obsoleta, lleva 10 años y tiene que ser revisada para afiliarse a las recomendaciones de la OMS, ya que, desde el año 2018 bajó la importancia de este tema. Hay inmensas sinergias con el cambio climático y, por tanto, hay que aprovechar de poner a la palestra este tipo de medidas que permitan contribuir a limpiar el aire».

La situación a nivel global

El informe AQAir AirVisual amplió su alcance en 2022 al incluir datos de 7323 ubicaciones en 131 países, territorios y regiones. Esto representa un aumento significativo con respecto a 2021, cuando se cubrieron 6475 ubicaciones en 117 países, territorios y regiones. El continente africano fue el que más se benefició de esta expansión, con siete países adicionales incluidos en 2022.

Mapa general del informe IQAir que presenta datos sobre la calidad del aire de PM2,5 de 131 países.
Mapa general del informe IQAir que presenta datos sobre la calidad del aire de PM2,5 de 131 países.

En todo el mundo, de acuerdo se señala en este informe, la mala calidad del aire representa 93 mil millones de días vividos con enfermedades y más de seis millones de muertes cada año. La contaminación del aire afecta más severamente a las poblaciones ya vulnerables, más del 90% de las muertes relacionadas con la contaminación ocurren en países de bajos y medianos ingresos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una nueva base de datos sobre la calidad del aire en 2022, y concluyó que para ese año, el 99% de la población mundial respiró aire contaminado. Además, para el 2019, la Organización Mundial de la Salud mencionó que la contaminación del aire causa aproximadamente 7 millones de muertes prematuras al año en todo el mundo.

En este sentido, el cambio climático puede aumentar directamente el riesgo de exposición a la contaminación del aire. El aumento de la desertificación, los incendios forestales y las tormentas de arena afectan la calidad del aire en muchas ciudades del mundo. Las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente debido a la quema de combustibles fósiles, son una causa importante de la contaminación del aire.

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