Del entusiasmo al ser invitada como colaboradora de Ladera Sur, surgió el primer desafío tras la sugerencia de dar una referencia del destacado paisajista holandés Piet Oudolf. Intentar transmitir, al menos una pequeña parte, del versátil horticultor, paisajista, jardinero y por sobre todo observador  de la naturaleza –con  más de 50 años de experiencia–, puede ser complejo pero también emocionante.

Parto por algunos antecedentes que ayudan a contextualizar. Sin estudios formales y a la edad de 25 años inicia su trayectoria, junto a su esposa, después de haber trabajado en una tienda de plantas y quedar fascinado con ellas. Creó su propio  vivero y diseñó el jardín de su  casa en  Hummelo, Holanda. Ahí viven  hasta el día de hoy, con una gran colección de especies nativas silvestres de Europa y Norte América, en su mayoría herbáceas perennes, geófitas y gramíneas. Plantas  poco usadas en los  jardines de la época, por su aspecto desordenado y libre como Aster novi-belgii, Eupatorium maculatum, Stipa filifolia, entre muchas otras.

Wisley ©Piet Oudolf
Wisley ©Piet Oudolf

Ha transformado el mundo del naturalismo, llevando su trabajo a grandes parques públicos. Inspirado principalmente por las praderas del Norte de América, no solo en lo estético, sino también como sistema ecológico, aumentando la variedad y cantidad de especies, todas con necesidades similares, las plantas van alternando su aparición. Al incorporar flora nativa, atrae aves e insectos, esto los transforma en jardines sonoros y vibrantes. Sus obras, llenas de emocionalidad y movimiento, son parte de las principales ciudades del mundo: High Line en Nueva York, Maximilian Park en Hamm,  Millenum Park  en Chicago  y Pensthope Natural Park en Inglaterra.

High Lane ©Piet Oudolf
High Lane ©Piet Oudolf

Su increíble generosidad con la información que ha recopilado durante su carrera, lo ha llevado a escribir más de 8 libros describiendo detalladamente las especies usadas en sus obras, los ciclos de vida y el encanto de cada una junto a las asociaciones más exitosas:  “Plantas de ensueño para el jardín Natural” (2000), ”Diseño de Plantación: Jardines en el Tiempo y el Espacio” (2005) y ”Paisaje en Paisaje” (2011), solo por nombrar algunos –aunque muy difíciles de conseguir en Chile–.

Westerkade ©Piet Oudolf
Westerkade ©Piet Oudolf

Encontré una interesante lista de material audiovisual sobre su trabajo, entre ellos dos documentales de por lo menos 60 minutos, cada uno: “Paradise Within arm’s Reach” (2016) de la Directora Bárbara den Uyl y “Five Seasons: The Garden of Piet Oudolf” (2017) del director  Thomas Pipe; con los que me sumergí un fin de semana completo en un viaje imaginario con Piet Oudolf.

En sus obras nos invita a detenernos, a observar y sentir la emoción e intensidad  de cada temporada del año,  disfrutando tanto  la belleza de la primavera con su exuberante floración, como la promesa del invierno con sus follajes de oxidados colores marrones, sus diferentes formas y tamaños. Todas plantas con carácter que van mostrando sus atributos a medida que van cumpliendo su ciclo de vida. Una belleza inesperada. Sus jardines nos hablan de la vida misma, de vivir  los ciclos con calma, vida y muerte inseparables en este ciclo sin fin.

Serpentine Gallery ©Piet Oudolf
Serpentine Gallery ©Piet Oudolf

Jardinero apasionado y conocedor absoluto de cada una de sus plantas, sabe su desarrollo a la perfección en cada temporada y qué es lo atractivo de ellas. Diseña con ellas creando asociaciones  dinámicas contrastantes de colores, formas y tamaño. Estas pueden cambiar de lugar cada temporada, entregando un movimiento constante.

Su trabajo es totalmente político, se desarrolla principalmente en parques públicos. Es capaz de enseñar a las personas a ver lo que no son capaces de ver, invitando a desconectarnos de nuestras preocupaciones diarias y recorrer sintiendo lo que está pasando a nuestro alrededor.

Trentham ©Piet Oudolf
Trentham ©Piet Oudolf

En relación a los jardines pequeños, espacios muy atesorados, Oudolf dice: Un jardín es un espacio que uno crea para sí mismo, dejando  en claro que al igual que las grandes obras –como sus parques públicos–,  estos son de gran importancia para el hombre, conectándolo  con otras formas de vida, el cuidar de nuestras plantas, aprender de ellas y con ellas replicar lo que nos parece bello de la naturaleza.

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