Telmatobufo – Andres Charrier
Sapo hermoso (Telmatobufo venustus) ©Andrés Charrier

El conocimiento de los anfibios en Chile comienza muy temprano, con las descripciones de los primeros naturalistas extranjeros que arribaron a territorio nacional, como fueron Abate Molina, Claudio Gay y Rodolfo Phillipii.

Posteriormente, encontramos una serie de trabajos importantes en esta materia, como el realizado por el destacado herpetólogo argentino, José Miguel Cei, quien homenajeó a las especies chilenas en 1962 a través de la publicación “Batracios de Chile”, uno de los libros más inspiradores sobre los anfibios que da las primeras luces de muchas de las especies que hoy conocemos como tal. Muchos años después vino el tremendo esfuerzo de un libro con fotografías magníficas: “Anfibios de los bosques templados” de Felipe Rabanal, publicado en 2008.

©Andrés Charrier
©Andrés Charrier

Sin embargo, creía que hacía falta un documento primordial: una guía sobre los anfibios de Chile que permitiera conocer su historia natural, ecología, biología reproductiva, distribuciones, dieta, enfermedades, entre otros temas relevantes.

Esto me motivó a elaborar la guía de campo Anfibios de los Bosques de la Zona Centro Sur y Patagonia de Chile, que retrata a estos animales desde la mirada de un naturalista que le gusta fotografiar, como a muchos de los lectores y seguidores de Ladera Sur.

Guia campo anfibios Chile – Andres Charrier
Guía de campo de anfibios Chile 

El libro no está escrito para científicos, sino para los ciudadanos de a pie o jóvenes naturalistas que se están formando, y que necesitaban una herramienta de campo para la identificación de estas especies. Sin embargo, el presentador del libro, el Dr. Fabián Jaksic de la Universidad Católica y director del centro CAPES UC, lo cataloga como un documento científico, y como una gran contribución no solo para la región, sino también a nivel científico en general.

Este libro incluye 47 especies nativas de Chile y una invasora (la rana africana de uñas, Xenopus laevis) que habitan en la zona centro y sur del país, abarcando también a Copiapó, con el fin de incluir al sapo de Atacama (Rhinella atacamensis), hasta el Estrecho de Magallanes, ya que en Tierra del Fuego no hay presencia de anfibios. No obstante, deja afuera solo a las ranas del género Telmatobius del altiplano, en el extremo norte (uno de los grupos mas amenazados de Chile), y al sapito de cuatro ojos del norte, que será considerado para futuros proyectos.

Rana jaspeada Batrachyla antartandica – Andrés Charrier
Rana jaspeada (Batrachyla antartandica) ©Andrés Charrier

Asimismo, el libro cuenta con una serie de capítulos que abordan la importancia de los anfibios, el registro fósil de anuros en Chile, la comunicación, las enfermedades infecciosas como el hongo quítrido, técnicas de investigación, especies invasoras, entre otros.

Por otro lado, este trabajo nos recuerda la importancia de la conservación de los ecosistemas presentes en la zona centro sur de Chile, cuyas principales amenazas son los incendios forestales, los monocultivos de pinos y eucaliptus, así como las plantaciones de paltas y viñas que han provocado la disminución de caudales que afectan directamente a especies como la rana chilena, al sapo de rulo y el sapo popeye.

Adicionalmente, intenté agregar otras amenazas menos evidentes, como las centrales de paso en los principales ríos del sur de Chile, el drenaje de humedales urbanos tanto en Concepción como en Valdivia, o la extracción del musgo conocido popularmente como pompón (Sphagnum sp.) en la zona de Chiloé.

Rana de hojarasca de Oncol Eupsophus altor – Andrés Charrier
Rana de hojarasca de Oncol (Eupsophus altor) ©Andrés Charrier

Un aspecto importante es la necesidad de generar estudios ecológicos de largo plazo para entender y aumentar el conocimiento sobre estas especies, de las cuales sabemos muy poco, para generar planes eficientes de conservación, por ejemplo, la creación de nuevas áreas protegidas para especies que no tienen reservas naturales dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, como la rana de pecho espinoso de Cantillana (Alsodes cantilanensis) o el sapo de Mehuín (Insuetophrynus acarpicus).

Otro anhelo son las estaciones biológicas que faciliten la investigación de campo en sitios considerados como puntos calientes o hotspots de biodiversidad, como la Cordillera de Nahuelbuta, o de lugares de difícil acceso en la cordillera de los Andes.

Avances y desafíos

Aunque falta muchísimo que hacer, en términos del estudio y conservación de este grupo de animales, se han impulsado avances notables en nuestro país.

Por ejemplo, a partir del simposio sobre la declinación global de anfibios en 2008, se han generado una serie de importantes iniciativas de conservación: las primeras fueron los dos centros de cría ex situ – es decir, fuera de su hábitat – de la rana de Darwin, una en la Universidad Concepción y la otra en el Zoológico Nacional, gracias al esfuerzo del que era su director en ese tiempo, el Dr. Mauricio Fabry.

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Ranita de Darwin ©Andrés Charrier

Luego han venido una serie de proyectos para la erradicación de la rana africana, una especie exótica que ha generado fuertes impactos en la fauna nativa, así como monitoreos de especies nativas como la rana chilena, especies del género Alsodes en sitios altoandinos como la Parva, y monitoreos de especies micro-endémicas – es decir, restringidas en un territorio extremadamente acotado – como la rana esmeralda de Mehuín y la rana de la isla Mocha, a través de proyectos financiados por el Ministerio de Medio Ambiente.

A esto se suman distintas políticas públicas, como el proyecto de la estrategia de conservación de anfibios de Chile, y la estrategia de conservación binacional de la rana de Darwin.

Sin duda, uno de los hechos recientes más emblemáticos fue el rescate de las ranas del río Loa a finales del 2019, y su posterior traslado al centro de cría ex situ en el Zoológico Nacional en Santiago.

Rana del Loa ©Claudio Soto
Rana del Loa ©Claudio Soto

Es importante señalar el esfuerzo que ha realizado también en estos años el Ministerio del Medio Ambiente, empoderando a otros herpetozoos, como los lagartos de los géneros Pristidactylus y Liolaemus.

De esa manera, la nueva guía de anfibios de Chile se suma a una cadena de esfuerzos, como una nueva contribución al conocimiento de los anfibios, agregando información nueva y relevante que se ha ido construyendo durante años de investigación científica, incluyendo además muchas observaciones personales de campo realizadas desde hace 15 años atrás por todo Chile.

Finalmente, es importante comentar que el país vive una profunda crisis social en la actualidad, que ha hecho tambalear los cimientos de la democracia donde más del 90% de la población exige un nuevo pacto social, una nueva Constitución y, lo que en este caso me parece más pertinente, un nuevo pacto con el medio ambiente.

Telmatobufo venustus – Andres Charrier
Telmatobufo venustus ©Andrés Charrier

Por este motivo, espero y confío que esta guía sirva a los presidentes de las compañías forestales, mineras, hidroeléctricas y agropecuarias, para inspirar un nuevo pacto medioambiental que tanto se necesita, y que las decisiones políticas y económicas que se tomen no estén basadas en los modelos imperantes de crecimiento económico (“fairy tales” o cuentos de hadas, como diría Greta Thunberg), sino en base a buena ciencia. Espero este libro sirva para tomar buenas decisiones ambientales sobre nuestros recursos naturales, ya que la sobrevivencia de los anfibios y todos los otros seres que habitan el bosque dependen de ello.

Dedico este texto a una arqueóloga que me acompañó anónimamente en el desarrollo de la escritura de este libro que me tomó casi 20 años, y que me ha devuelto a la antropología, disciplina a la que le dedique más de 5 años de estudio.

Hylorina sylvatica ©Andrés Charrier
Hylorina sylvatica ©Andrés Charrier

También dedico este libro a los naturalistas de Chile, a los biólogos de campo, a los herpetólogos, a los ilustradores botánicos y de fauna, a los fotógrafos de naturaleza, a los voluntarios de los centros de conservacion de fauna nativa, a los guardaparques nacionales, y a tantos que contribuyen a hacer de Chile un lugar mejor.

Esta guía fue mi mejor intento.

Puedes descargar el libro de forma gratuita en el siguiente enlace.

Si deseas conseguir un ejemplar, el libro está disponible en la tienda Taller Siete Colores (ubicado en Av. Italia 1333, Providencia) o en la librería Libro Verde (Orrego Luco 051, Providencia).