Desde las playas tanto de la capital regional o las Mejillones y Taltal y un extenso borde costero para el deporte, hasta los desérticos paisajes y el altiplano, la Región de Antofagasta es un universo para descubrir. Sus cielos infinitos y el patrimonio cultural y natural son parte de algunas de las riquezas y diversidad que se busca dar a conocer a través de un proyecto del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) Región de Antofagasta y el Gobierno Regional, aprobado por el CORE en el marco de la Ejecución del Plan de Turismo sustentable Regional 2019-2022, vinculado a Estrategia Regional de Desarrollo Económico, Región de Antofagasta.

“Es un trabajo que duró cerca de seis meses entre instituciones públicas, privadas, operadores del servicio turístico, municipios y la comunidad en general. Esta marca llegó a un concepto que es Región de Antofagasta: un universo por descubrir”, señala  Irina Salgado, directora Regional de Sernatur Antofagasta.

Así, se busca potenciar diferentes atributos de las nueve comunas de la Región de Antofagasta, de la mano de las diferentes experiencias y sensaciones que se pueden vivir en este lugar. Por ejemplo, el astroturismo, el patrimonio, la aventura y naturaleza, entre otras.

Mejillones ©Antofagasta, un universo por descubrir
Mejillones ©Antofagasta, un universo por descubrir

Cielo infinito

Visitas nocturnas para ver la inmensidad de los astros desde el desierto más árido del mundo. Ver el cielo sin luces en la noche que interfieran en lugares que para muchos son ideales para la astrofotografía. Se trata de un universo por descubrir, una experiencia de observación de astros para contemplar las miles de estrellas del cielo nocturno, por ejemplo, con la escultura Mano del Desierto como parte del paisaje.

También es lugar de observatorios astronómicos, como Alma y Paranal, en los que estudios permiten dar a conocer detalles de los astros desde los miles de metros sobre el mar en Chile hacia el mundo.

Se trata de la observación de estrellas y planetas que no sólo muestran las constelaciones, si no que generan una sensación especial que sólo se da de noche en pleno desierto y que no dejan de tener un íntimo vínculo con las creencias y culturas ancestrales de la zona, que son parte de la historia y presente, a través de las generaciones, en el Desierto de Atacama.

Lugares que son parte de esta ruta de astroturismo son Calama, Alto el Loa, San Pedro de Atacama y Antofagasta.

Patrimonio

Parte del legado de las culturas ancestrales, además de lo que se transmite por generaciones, son las huellas que marcan el patrimonio cultural, desde las costas con los changos o el altiplano con las culturas quechua, aymará y likanantay.

Huellas que se mantienen en sus estancias antiguas, como el Pukará de Quitor, Monumento Nacional; o la aldea de Túlor, que actualmente es considerada uno de los sitios sedentarios más antiguos del norte de Chile con 2.300 años de antigüedad.

A esto se suman parques arqueológicos de geoglifos como Chug Chug, en María Elena, que alberga un parque de 15 mil hectáreas, con una distribución de más de 500 geoglifos sobre los 30 metros levantados en las laderas de los cerros de antiguas rutas caravaneras prehispánicas. O también los diferentes petroglifos de hace miles de años como Lasana y Taira.

San Pedro de Atacama ©Antofagasta, un universo por descubrir
San Pedro de Atacama ©Antofagasta, un universo por descubrir

Pero los mismos pueblos también tienen mucho que hablar. San Pedro de Atacama, por ejemplo, es conocido por su belleza y postales inolvidables. En la plaza, las costumbres de sus habitantes y arte local que mantiene vivas las tradiciones. Esto se ve a través de las artesanas de textil, los alfareros que utilizan técnicas ancestrales. A esto se suma la gastronomía en el pueblo, con platos distintivos de la zona y sus productos típicos como la quinoa.

Junto a esto, las tradiciones de los pueblos también se hacen sentir. Por ejemplo, el pueblo de Chiu Chiu, en el que se encuentra el monumento nacional iglesia de San Francisco. Esta es una iglesia que destaca por su fiesta patronal de octubre. Algo que se repite en Socaire en el que también la iglesia es patrimonio histórico o la zona típica de Ayquina, cuya población remonta a tiempos preincaicos. Este pueblo también es característico por sus terrazas de cultivo hacia el norte y las técnicas agrícolas ancestrales y la fiesta religiosa de la Virgen de Guadalupe de Ayquina, que se celebra cada septiembre con fieles y desfiles de colores, música y devoción.

Lugares claves para vivenciar este patrimonio son las comunas de María Elena, Calama, Alto El Loa, Sierra Gorda, Baquedano, San Pedro de Atacama, Antofagasta y Taltal.

Naturaleza y aventuras

Aquí el proyecto considera a la Región de Antofagasta como un universo de aventura y naturaleza en el Desierto de Atacama, el altiplano de la Cordillera de Los Andes y la costa del Pacífico.

Con sus parques nacionales y geografía, hacia el desierto, se pueden realizar rutas de trekking, por ejemplo, en las áreas protegidas. Para partir, la Reserva Nacional Alto Loa, en el que las comunidades atacameñas y quechuas de Ollagüe cumplen un rol importante en el servicio turístico, está ubicada en faldas de volcanes y altas cumbres, y en el que se pueden apreciar bofedales de colores y lagunas que albergan a flamencos y patos silvestres, entre muchos otros.

También está la Reserva Nacional Los Flamencos, entre otras áreas, en el que destacan las conocidas lagunas Miscanti-Miñiques, la laguna Chaxa, la antes mencionada aldea de Túlor y el Valle de la Luna donde destacan enormes dunas formadas de rocas, sal de arena. Para llegar a algunos de estos lugares se pueden realizar rutas de trekking y finalizar con inolvidables postales. En este lugar, hace millones de años, existía un gran lago que, gracias a la actividad volcánica y aluviones, formó la Cordillera de Domeyko, desde la que se originaron valles y colinas de sal, roca y arena que conformaron un paisaje de color similar a la luna.

Valle de la luna ©Antofagasta, un universo por descubrir
Valle de la luna ©Antofagasta, un universo por descubrir

Desde el Valle de la Luna, de hecho, se puede apreciar la ya mencionada Cordillera de la Sal, la que cuando el sol se esconde se torna de colores anaranjados y morados. Esto sucede porque cuenta con rocas con mucho sulfato de calcio, que parecen verdaderas esculturas naturales. Al salir de esta cordillera se entra al conocido Salar de Atacama y finalmente recorrer los parajes del desierto más árido del mundo en la comuna de San Pedro de Atacama, lugar que es ideal, además, para quienes practiquen sandboard.

Sobre parques nacionales, hacia el este está el Llullailaco, ubicado entre la Cordillera de Domeyko y la de Los Andes. Y también, una parte la región al oeste alberga el Parque Nacional Pan de Azúcar. Más hacia la ciudad de Antofagasta, no se puede dejar de lado la Reserva Nacional la Chimba, en la que incluso habitan especies endémicas y se está luchando por su conservación.

Por otro lado, los géiser del Tatio son un ícono para quienes visitan San Pedro de Atacama: una subida de madrugada en la que se vive un espectáculo de fumarolas que alcanzan 10 metros de altura.

Así, explican en la página web de este proyecto, “en la costa puedes conocer el fondo marino, su flora y fauna, escalar cerros y contemplar el océano pacífico desde sus alturas. Mientras que en el interior existen tours y recorridos para experimentar la flora de los valles, ríos y lagunas como Céjar (…) Conocer de cerca las comunidades indígenas, sus costumbres, comer de su particular gastronomía, subir pukarás y apreciar grabados milenarios de antepasados”.

Laguna Inca Coya ©Antofagasta, un universo por descubrir
Laguna Inca Coya ©Antofagasta, un universo por descubrir

Las rutas

De acuerdo a lo que explicó la directora regional de Sernatur Antofagasta, con este proyecto, además de dar a conocer las diferentes experiencias que se pueden realizar, se busca potenciar tres rutas. La primera invita a conocer desde Tocopilla, Mejillones y Taltal alojamientos, gastronomía y artesanía, entre otras cosas. La segunda, enfocada en astronomía, lleva a visitar observatorios y ver las estrellas desde las nueve comunas de la región. Y la tercera, busca dar a conocer el territorio a través de geoglifos, pintados y símbolos de mar a cordillera.

Estas rutas, junto con el conocer todas las experiencias y aprendizajes de visitar en la Región de Antofagasta, dicen desde Sernatur, son parte de lo que se busca transmitir en “Región de Antofagasta: un universo por descubrir”. Así se considera al sector turístico como un actor clave en la zona, para su desarrollo económico, resguardando y protegiendo el medio ambiente en un lugar que destaca por su patrimonio natural y cultural.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...