Bajando por el sector conocido como Las Palmas, una de las principales vías de ingreso a la ciudad de Viña del Mar, se pueden avistar con gran facilidad y en todo su esplendor un gran número de Palmas chilenas (Jubaea chilensis) erguidas en las laderas de las quebradas. Al mirar con detenimiento es posible ver cómo varias de ellas con sus troncos ennegrecidos se mantienen en pie incluso después de soportar intensos incendios, y es que la Palma chilena puede soportar temperaturas de hasta 500°C y sobrevivir al fuego, pese a que su corteza se inflame. Su capacidad de recuperación sin embargo, dependerá de varios factores, entre ellos la intensidad del incendio.

Santuario Palmar El Salto ©Jardín Botánico Nacional, Viña del Mar
Santuario Palmar El Salto ©Jardín Botánico Nacional, Viña del Mar

Hoy esta majestuosa especie endémica de Chile se encuentra nuevamente bajo amenaza con el reciente incendio que afectó los sectores altos de Viña del Mar este domingo. Las altas temperaturas y fuertes vientos ocasionaron que las llamas se desplazaran a poblaciones periféricas donde consumieron 9 viviendas y afectaron a un total de 450 hectáreas, entre ellas, parte del palmar El Salto, declarado como Santuario de la Naturaleza en 1998 y que alberga la tercera población más numerosa de Palmas chilenas.

Sobre los daños ocasionados al palmar, aún no se tienen estimaciones oficiales, sin embargo la Conaf ha señalado que se trataría de una pequeña porción del santuario. El problema es que este no es el primer incendio –ni será el último– que ha afectado a las palmas; El palmar El Salto se ha visto permanentemente amenazado por los incendios (En un incendio en febrero de 2012 perdió el 30% de sus centenarias palmas).

Incendio Palmar El Salto, Viña del Mar, febrero 2012 ©Patricio Novoa
Incendio Palmar El Salto, Viña del Mar, febrero 2012 ©Patricio Novoa

Incendios forestales: uno de los grandes enemigos de la palma chilena

Incendio Palmar El Salto, Viña del Mar, febrero 2012 © Patricio Novoa
Incendio Palmar El Salto, Viña del Mar, febrero 2012 © Patricio Novoa

Chile es un país de incendios. Basta ingresar a la página de Conaf durante la época estival para ver la gran cantidad de incendios que afectan a nuestro territorio destruyendo largas extensiones de vegetación y dejando atrás un paisaje fragmentado. O recordar los megaincendios que azotaron a nuestro país a principios de este 2017, los peores en la historia de Chile, que dejaron un balance de cerca de 600.000 hectáreas afectadas y daños irremediables para la flora y fauna.

Los incendios forestales, y sus devastadoras consecuencias, son uno de los grandes enemigos de la biodiversidad en Chile y la palma chilena no escapa del daño que ocasionan. Si bien la especie es capaz de resistir el fuego por la dureza de su corteza logrando una lenta regeneración, esto no siempre ocurre.

Dentro de las causas de sus disminuidas posibilidades de recuperación en la región de Valparaíso, en particular las áreas periurbanas y rurales que rodean a la ciudad de Valparaíso y Viña del Mar, se encuentra el hecho de que aquí se concentra cerca del 18% de los incendios forestales que se producen anualmente –la gran mayoría de ellos ligados a la acción humana–. Además, esta región presenta las más altas tasas de concentración de incendios por unidad de superficie superando otras regiones en donde se registran mayor cantidad de focos, pero distribuidos en áreas rurales más extensas.

Palmas chilenas ©Jardín Botánico Nacional, Viña del Mar.
Palmas chilenas ©Jardín Botánico Nacional, Viña del Mar.

Así, los reiterados incendios causan importantes daños a la corteza de la palma chilena, que no logra recuperar totalmente el material leñoso que la protege debido a la reiteración y la gran intensidad calórica que alcanzan las llamas. Por otro lado, los incendios generan la erosión y desestabilización del suelo y, si a esto se suma la constante extracción que hace el hombre de sus semillas comestibles, también conocidas como “coquitos” en la época de floración (meses de junio y julio) para ser comercializadas, la situación se agrava. Ya que de esta forma la palma no tiene grandes posibilidades de generar poblaciones juveniles en tales condiciones.

Pero éstas no son las únicas razones que han llevado a la disminución de las poblaciones de esta especie en la región y en Chile. Dentro de sus principales amenazas se encuentra (además de los incendios y la extracción de sus frutos) la explotación desmedida y destructiva de sus poblaciones para la producción de la miel de palma (para extraer su salvia se debe cortar la palma ocasionando su muerte), la transformación de su hábitat, el avance del desarrollo urbano y la existencia de especies invasoras.

Características de la palma Chilena

Esta especie única en el mundo, se puede encontrar de forma natural y discontinua en los valles de la cordillera de la costa entre la región de Coquimbo y la región del Maule. Puede alcanzar una altura de 30 a 40 metros y una edad superior a los 1.000 años. Dentro de sus características más llamativas, está su lento crecimiento y el hecho de que alcanza su estado de madurez a los 60 años (puede tardar en producir frutos entre 35 y 70 años).

Se considera una especie Vulnerable que ha visto a su población disminuir drásticamente (98%) en los últimos 500 años. 

Fernando Cossio, doctor en Ecología, ha señalado que solo en Viña de Mar las palmas chilenas mueren en una tasa de 300 individuos por año.

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