Los tiburones ballena son dóciles y permiten el nado cerca de ellos. Crédito: © FCS
Los tiburones ballena son dóciles y permiten el nado cerca de ellos. Crédito: © FCS

El Día Internacional del Tiburón Ballena fue establecido en 2008 durante la Segunda Conferencia Internacional del Tiburón Ballena, una instancia que está actualmente integrada por más de 40 países y que tiene como objetivos diseñar y desarrollar acciones y políticas para promover la conservación de esta especie. El tiburón ballena (Rhincodon typus) puede llegar a medir entre 10 y 12 metros de longitud y tener un peso de hasta 34 toneladas.

Esta enorme criatura puede crecer hasta 20 metros de largo. A pesar de su tamaño, el tiburón ballena es considerado un «amable gigante». Es un pez altamente dócil, que no representa un peligro para los humanos. De hecho, con frecuencia permite a los buzos nadar agarrados de sus aletas.  Pese a su colosal tamaño, a nivel mundial, el tiburón ballena está crecientemente amenazado por la contaminación, el cambio climático, la pesca ilegal, la degradación de sus hábitats y las heridas provocadas por embarcaciones.

Muchos de estos tiburones quedan atrapados accidentalmente en las artes de pesca o cazados intencionalmente por sus aletas, que son consideradas como un manjar en Asia. Además, su hábitat está en peligro y enfrentan amenazas, como el cambio climático que calienta el agua —que afecta tanto a los hábitats como a las presas y los cambios de población de los tiburones— y la contaminación por plásticos y basura en los océanos, que pueden ser ingeridos y ocasionar que el tiburón ballena se vea afectado o quede enredado.

El tiburón ballena es un animal longevo, llegando a vivir más de 100 años. Crédito: © Walter Sanchez
El tiburón ballena es un animal longevo, llegando a vivir más de 100 años. Crédito: © Walter Sanchez

Se estima que las poblaciones del que podría considerarse el pez más grande del mundo han disminuido más de un 50% en los últimos 75 años. Por ello, desde el año 2016, fue catalogado en peligro de extinción de acuerdo con la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Los tiburones ballena poseen una distribución amplia, encontrándose en casi todos los océanos, pero casi exclusivamente en aguas cercanas a los trópicos. Es un pez que habita en aguas relativamente cálidas y que además está cercano a entornos en los que la abundante cantidad de peces les permite alimentarse.

De acuerdo con los datos de la IUCN, que documentan las estimaciones de población y la disponibilidad de hábitat, se calcula que aproximadamente el 75% de la población mundial de tiburones ballena se encuentra en el océano Indo-Pacífico y el 25% en el Atlántico. En el primero, se infiere una reducción de la población del 63% durante las últimas tres generaciones, y en el Atlántico se cree que ha habido una disminución de la población de más del 30%. En ambas regiones, es probable que la población mundial de tiburones ballena haya caído más de 50% durante los últimos 75 años.

Un tiburón «diferente»

Un tiburón ballena en las costas de Venezuela. Crédito: © Cortesía/Leonardo Sánchez
Un tiburón ballena en las costas de Venezuela. Crédito: © Cortesía/Leonardo Sánchez

El tiburón ballena posee unas características que lo hacen un animal fascinante y único. La primera de estas es la coloración de su piel es gris con rayas y puntos blancos, lo que le ha ganado el apodo de «pez damero» o dominó. Además, su cuerpo es largo y angosto pero su cabeza es ancha y plana, terminando en una enorme boca desprovista de dientes. Sus ojos son pequeños y están ubicados a los extremos laterales de su cabeza.

Los tiburones ballena son fáciles de identificar individualmente, a causa de sus manchas características que forman patrones reconocibles y que son como una «huella de identidad», iguales para cada especimen.

Un dato curioso es que para este gigante de los océanos, comer es una gran tarea, que requiere mucha laboriosidad.  El tiburón ballena se alimenta por filtración y no puede morder ni masticar. Esto quiere decir que traga grandes cantidades de agua con su enorme boca y expulsa el agua a través de sus branquias. Todos los peces y organismos que queden atrapados se convertirán en su alimento.

Es capaz de procesar más de 6 mil litros de agua por hora a través de sus branquias. Su boca puede medir hasta 1.2 metros de ancho pero los dientes del tiburón ballena son tan pequeños que solo pueden procesar camarones pequeños, pescado y plancton usando sus dentículos dermales como filtro de succión.

Actualmente existe una base de datos mundial en Internet que documenta los avistamientos y permite la identificación de ejemplares, mediante fotografías enviadas por investigadores y público en general. Se llama Wildbook for Whale Sharks que hasta la fecha tiene más de 13 mil especímenes identificados. Se cree que menos del 10% de los tiburones ballena que nacen sobreviven hasta la edad adulta, pero los que lo hacen pueden vivir hasta 150 años.

Una cruzada para protegerlo

Tanto en México como en Venezuela hay organizaciones y programas que trabajan para la protección del tiburón ballena. En México, desde 2008, Fundación Carlos Slim (FCS) en alianza con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y un grupo de destacados conservacionistas y científicos, han trabajado en colaboración con las autoridades para contrarrestar las amenazas a las que se enfrentan los tiburones ballenas en los mares mexicanos. Este trabajo se centra principalmente en el Caribe, más específicamente en la Península de Yucatán.

Estas organizaciones realizan un estudio del comportamiento del tiburón ballena ante embarcaciones turísticas y nadadores, así como la evaluación del estado de la actividad turística. También se ha posibilitado la impartición de cursos de capacitación a prestadores de servicios turísticos (PST), además de difundir la información científica generada a fin de que al realizar el nado con el tiburón ballena se sigan los estándares internacionales para evitar alterar el comportamiento de este gran pez y disminuir el daño provocado por las embarcaciones.

En el Golfo de California, la organización Tiburón Ballena México ha implementado un sistema de vigilancia y monitoreo a través de tecnología de geolocalización basada en el uso de teléfonos celulares, que junto con la capacitación a guías de turismo han logrado la reducción en el número de tiburones con lesiones por colisiones de lanchas.

En Venezuela, el Centro para Investigación de Tiburones (CIT) también ha desarrollado acciones para proteger a estos animales. Entre 2016 y 2020 la organización visitó las 17 ciudades costeras donde los informes de matanzas de tiburones ballena eran más frecuentes. En primer lugar, se pusieron en contacto con líderes comunitarios y pescadores relacionados con la matanza de tiburones, establecieron relaciones personales, desarrollaron confianza y explicaron el trabajo de la organización. Después de una o dos visitas, los talleres en escuelas, cooperativas de pescadores o empresas locales ampliaron la visibilidad y el interés por el proyecto. Siguió una invitación para compartir información en las redes sociales.

Los tiburones ballena habitan las aguas de casi todo el mundo y pueden recorrer grandes distancias para alimentarse. Crédito: © frenchpostcard
Los tiburones ballena habitan las aguas de casi todo el mundo y pueden recorrer grandes distancias para alimentarse. Crédito: © frenchpostcard

De acuerdo con un estudio del CIT, que cuenta entre sus autores al director Leonardo Sánchez, los avistamientos de tiburones ballena ahora llegan a la organización en minutos. Los pescadores filman cómo desenredar y soltar tiburones en lugar de matarlos. Otros se graban a sí mismos nadando con tiburones ballena. Los operadores de buceo ofrecen tours de observación de tiburones ballena, aumentando su valor desde una venta única de aletas hasta visitas repetidas con turistas.

Sin embargo, el indicador de éxito más claro es una fuerte disminución en la matanza de tiburones. Antes de octubre de 2017, las entrevistas documentaron 21 muertes de tiburones. Por el contrario, entre 20018 y 2020, después de la implementación de los talleres, la construcción de relaciones y el establecimiento de la red social, no se reportaron asesinatos de tiburones ballena. Aunque es posible que no se denuncien, parece probable que las noticias lleguen a la organización, en particular porque las noticias de capturas de otras especies de tiburones rápidamente.

La evidencia recopilada a través de esta red de científicos ciudadanos sugiere que los tiburones ballena que se ven son en su mayoría juveniles (con una longitud promedio de siete metros), y aparecen en varias localidades a lo largo de la costa venezolana.

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