Inmerso en la Zona de Sacrificio ambiental de las comunas de Puchuncaví y Quintero, y específicamente en el borde costero central de la comuna de Puchuncaví, se ubica el Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad Acantilados de la Quirilluca, catalogado por la región como uno de los diez sitios más importantes a proteger.

Bajo el suelo de la zona norte de la Región de Valparaíso se encuentra la unidad geológica llamada «Formación Horcón», que se extiende desde Valparaíso hasta la Laguna de Zapallar. Los acantilados costeros de la Quirilluca son su mayor expresión, mostrando en sus cortes el paso de la historia desde su formación, en el período Plioceno Tardío, junto a fósiles de los organismos que vivieron en ese entonces, como ballenas, almejas y pingüinos.

Entre los balnearios de Maitencillo y Horcón, que destacan por sus largas playas de arena y están acompañados a sus espaldas por los acantilados costeros en todo su recorrido, se manifiesta un espectacular ecosistema.

Ahí, en medio de toda esta belleza, se desenvuelve la más singular colonia reproductiva del ave piquero común (Sula variegata) de la zona centro norte de Chile continental, siendo la única que se desarrolla en el continente con cerca de 12.000 aves y siendo la segunda más grande después de la Isla Pájaro que alberga 18.000 ejemplares de esta especie en la Región de Coquimbo.

©Grupo de Acción Ecológica Chinchimén
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Este fenómeno de la naturaleza se emplaza en una zona totalmente despoblada, donde las luces artificiales aún no existen y los sonidos que pueden escucharse son sólo el viento y el canto de las aves, los que, de vez en cuando, son acompañados por pequeños grupos de personas que van a disfrutar de este espectáculo.

Es en este espacio natural donde se pretende desarrollar el proyecto Inmobiliario El Alto, que tras su tercer ingreso a Evaluación de Impacto Ambiental desde el año 2012 y siendo rechazado por el Comité de Evaluación Regional de Valparaíso el 01 de diciembre de 2015, por presentar diferencias significativas con los estudios encargados por la autoridad ambiental, fue finalmente aprobado por el Comité de Ministros el 31 de Mayo de 2016 , presidido por el Ministro de Medio Ambiente, quien desconoció sus propios estudios para apoyar el proyecto inmobiliario.

El proyecto liderado por la empresa Banmerchant, donde el socio y director del área inmobiliaria es Francisco Walker Prieto, hermano del senador por la zona Ignacio Walker, fue rechazado en la región por presentar diferencias significativas tanto en su línea de base como en las zonas de protección que resultaron del estudio encargado por la autoridad ambiental y además, por no asegurar el tratamiento de las aguas servidas de las futuras viviendas.

En dicha comisión, el rechazo del proyecto ocurre posterior a la propuesta del Intendente Regional y presidente de la Comisión de Evaluación, de aprobar el proyecto con condiciones que aseguraran la conservación del piquero, propuesta que no fue acogida por la inmobiliaria, asegurando en los medios que recurría vía reclamación al Comité de Ministros, quienes finalmente entre cuatro ministerios (medio ambiente, energía, minería y economía) aprobaron el proyecto.

©Grupo de Acción Ecológica Chinchimén
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La medida de protección del piquero común con que fue aprobado el proyecto es un área denominada Zona de Protección Ornitológica (ZPO) y sus límites de protección serían de 120 metros medidos desde la colonia reproductiva, medida que se diferencia ampliamente al compararla con los resultados del estudio encargado por la autoridad ambiental que determinaron que se requerían 300 metros para conservar la colonia reproductiva.

El resultado de la aplicación del criterio propuesto por la inmobiliaria no genera áreas de protección más allá del acantilado, lugar  central de la nidificación, poniendo en riesgo la fragmentación de este ecosistema. Más aún, fue según la propia inmobiliaria, que a través de observaciones de sus propios científicos, afirmaron que el lugar donde más piqueros juveniles aterrizan es más allá del acantilado, situación que obligaría a los piqueros a descender dentro de las futuras viviendas, quedando muchas veces imposibilitados de volver a su colonia y expuestos a animales domésticos como perros y gatos que depredarían sobre ellos.

Para asegurar el éxito del área de protección propuesta (ZPO), la inmobiliaria propuso como indicador de cumplimiento un 80% de lo censado en su línea de base, lo que representa a 659 individuos de los 824 censados. Sin embargo, el estudio encargado por la Seremi de Medio Ambiente estimó la población en el predio El Alto en al menos 2.008 individuos, por lo que el indicador de éxito propuesto por la inmobiliaria sólo asegura la conservación del 32% de la población del piquero común estimada por la autoridad ambiental. Esta situación que fue avalada por el Servicio de Evaluación Ambiental y pone en grave riesgo la última colonia reproductiva en buenas condiciones en el continente nacional.

©Grupo de Acción Ecológica Chinchimén
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La organización comunitaria Grupo de Acción Ecológica Chinchimén, lleva trabajando desde el 2001 por la conservación del Sitio Prioritario Acantilados de la Quirilluca y ahora enfrenta esta amenaza, gestada por un proyecto altamente cuestionado en los medios de comunicación por el presunto lobby ejercido para su aprobación.

En este escenario y a falta de discrecionalidad de los criterios aplicados por los órganos de la administración del Estado, Chinchimén y su grupo de profesionales ya preparan la defensa de este hermoso lugar ante los tribunales ambientales para revertir esta situación.

Si bien hoy está bajo amenaza la colonia reproductiva del piquero común, este Sitio Prioritario acoge también otros atractivos que son necesarios de proteger, especialmente, cuando encontramos tanto valor ambiental en una zona de sacrificio como Puchuncaví y Quintero. Así, Chinchimén busca conservar dentro del Sitio Prioritario a las aves migratorias que utilizan las playas de arena, el bosque relicto de belloto del norte que se desarrolla en la Quebrada Quirilluca y las poblaciones de nutrias que nos entretienen en la parte baja de los acantilados, todo esto, con el fin de perpetuar la costumbre de la comunidad de Puchuncaví, que en su memoria colectiva reúne hermosas historias de antaño cuando todo el pueblo de Puchuncaví veraneaba en las Playas de Quirilluca.

©Grupo de Acción Ecológica Chinchimén
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